Colaboraciones

Rutas Mochileras Mx | Por: Gabriela Arbeu | Calles coloridas, empedradas y maravillosas vistas en Tepoztlán

Bien dicen que no es lo mismo despertarse y levantarse a las 5:00am para ir al trabajo que para ir a un viaje… Subir al Tepozteco es una de las experiencias que quería hacer; a propósito, -sabían que se le dio el nombre gracias a la pirámide y las reliquias arqueológicas que se encuentran en la parte de arriba del cerro-.

El Tepozteco, zona arqueológica que se localiza en el pueblo mágico de Tepoztlán, Morelos al sur de la Ciudad de México; un lugar lleno de color, rodeado por sus increíbles montañas, con el clima perfecto para recorrer sus coloridas calles empedradas, -un destino que dejará con un buen sabor de boca para toda persona que lo visite-.

Es indispensable llevar unos zapatos cómodos que no se resbalen y que en caso de mojarse, no tengas ningún problema. Inicie mi camino, lo único recomendable para el camino es llevar en una mochila con agua, snacks, gorra y si lo prefieres una cámara fotográfica; por cada paso que daba, el cerro se veía cada vez más cercano, grande e imponente.

En la calle principal hay varios lugares para comprar artesanías y restaurantes, pero decidí seguir mi camino; al llegar a donde sería el inicio para subir al Tepozteco, me encontré con varios mensajes – “si no quieres cargar puedes encargar: mochilas, carreolas, bolsas, mascotas, otros, suegras, niñxs, novixs en el puesto de doña Yola” – una recomendación bastante sabia, pues entre más vas subiendo menos peso quieres traer.

A las 9:00 a.m. en punto me encontraba ahí, hora en que ya se encuentra abierto al público, el objetivo de hacerlo a esa hora, fue por dos razones importantes: la primera, no encontrar tantas personas en el camino y la segunda, no sentir tanto el calor. La finalidad es que el camino no se me hiciera tan pesado y pudiera deshidratarme.

Por fin llegué al inicio del camino, lo supe porque había un cartel que decía – TEPOZTECO Zona Arqueológica, Patrimonio Cultural de la Nación-. Tarde en llegar aproximadamente una hora con cuarenta minutos en subir y bajar (el tiempo que hagas depende de la condición física de cada persona); no necesite un guía para realizar este recorrido, solo seguí el camino, subí por las escaleras empedradas, apoyándome por momentos de las piedras gigantes y de las pequeñas raíces de los árboles que sobresalen, en todo momento me encontré rodeada de la naturaleza.

Mientras iba subiendo hice un descanso, vi una pequeña vereda que te lleva a lugares donde hay piedras de todos los tamaños, las cuales puedes utilizar como asiento o si lo prefieres, puedes hacerlo en el pasto. En estos lugares, es donde puedes tomar fotografías, pero no te quedes a mitad del camino, hay personas que suben o bajan corriendo o simplemente quieren seguir su camino y si tú te detienes ellos lo harán y esto podría provocar un accidente.

Descansé unos cuantos minutos y comencé a subir (hay dos escaleras una para subir y otra para bajar), escalón por escalón, observando entre las rendijas de los mismos como otras personas hacían lo mismo que yo, y por fin ¡llegué!, es ahí donde puedes elegir: ir hacia la pirámide que se encuentra del lado derecho o caminar hacia la izquierda y admirar la increíble vista de Tepoztlán desde el Tepozteco.

Sin pensarlo, me dirigí hacia la izquierda, caminé por el sendero un poco tierroso, lleno de árboles y letreros que decían – ¡No alimentar a los tejones!, ¡Cuidado! – seguí y pude observar todo el pueblo mágico desde ahí, enormes cerros alrededor, todo cercado, pero eso no impide ver los maravillosos paisajes que desde el Tepozteco se observan.

Me senté a la orilla de la pirámide y pude escuchar que las ruinas de ahí formaron parte de un pequeño conjunto arquitectónico construido durante el gobierno del tlatoani Ahuízotl de Tenochtitlan, donde se rendía culto a las deidades guerreras mexicas.

Cabe mencionar que al llegar a la cima, mis piernas me temblaban por todo el esfuerzo que hice para subir, por todas las piedras resbalosas y gigantes que tuve que pasar, al momento de bajar fue un poco complicado por lo mismo que mis piernas ya se encontraban cansadas, pero pude lograrlo.

Después de estar ahí por un tiempo aproximado de 30 minutos, comencé a bajar al pueblo para probar las famosas nieves tepoztecas, te recomiendo probar la de elote, arroz o capuchino. Tepoztlán es un lugar al que debes de volver varias veces para terminar de conocer lo maravilloso del lugar.

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