Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | La guillotina, instrumento infernal de muerte.

Contra la muerte no hay remedio.

Pero hay quien implanta la muerte como remedio.

El mortal invento tuvo su alumbramiento y uso en Francia durante el siglo XVIII.

Su nombre se le debe al médico y político Joseph-Ignace Guillotin, quien propuso su uso como un método de ejecución “más humano y uniforme”

El letal instrumento es un dispositivo de ejecución para realizar ejecuciones mediante decapitación.

Guillotin argumentó –en defensa de la maquina- que su uso era una alternativa más “eficiente y humanitaria a los métodos de ejecución anteriores” y declaró que habían sido ; “eran más crueles y dolorosos”

El diseño final del abominable instrumento fue realizado por el médico Antoine Louis y el ingeniero Tobias Schmidt, quienes se basaron en ideas y en la experiencia de otros dispositivos de ejecución. Según estas, la guillotina conseguía una “muerte inmediata y casi sin dolor”.

Durante la Revolución Francesa, en los debates de la Asamblea Nacional y “para acabar con los enemigos” el Comité de Seguridad Pública patentizó la utilización del artefacto día tras día.

La primera ejecución pública con la guillotina tuvo lugar el 25 de abril de 1792 y el ejecutado fue Nicolas-Jacques Pelletier, condenado por robo a mano armada, se convirtió así en el primer ejecutado con el nuevo procedimiento y a lo largo de la Revolución Francesa, la guillotina fue en un símbolo de la violencia y agitación política en Francia.

En el reinado del terror impuesto, la guillotina fue utilizada para llevar a cabo miles de ejecuciones, incluidas las de figuras históricas como Luis XVI, María Antonieta, Marat, Dantón, Robespierre y muchos otros.

Las ejecuciones en ese tiempo -se calcula- ascendieron a más de 15 mil víctimas.

Y pese a que concluyó la etapa de la revolución francesa y la llegada de Napoleón al poder, la guillotina siguió siendo utilizada durante gran parte del siglo XIX y principios del siglo XX.

La última ejecución en la guillotina.

El 17 de junio de 1939, Eugène Weidmann, un homicida, fue guillotinado frente a la prisión de Saint-Pierre. El verdugo Jules-Henri soltó la cuchilla.

Cuando cayó la cabeza de Weidmann, el entusiasmo de la multitud llegó al paroxismo.

Este hecho «fomentó los instintos más bajos de la naturaleza humana por lo que el presidente francés, Albert Lebrun, prohibió cualquier tipo de ejecución pública.

137 años estuvo vigente el uso de la guillotina, que tuvo un uso de carácter político, acabar con los que piensan distinto.

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