Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Alejandro Jodorowsky huella permanente.

Es contundente en el terreno que se sitúe.

Las fábulas pánicas -sus fábulas místicas- son esotéricas, divertidas, apabullantes, poemínimos, acertijos, haikús, y siempre inteligentes.

Se deslizaba -como película en blanco y negro- la vida en México, iniciaba la década de los años 60´s

Como no queriéndo la cosa, llegó a esta tierra muy joven, Alejandro Jodoroswky quién llamaría la atención y escandalizaría a “las buenas conciencias”.

Este joven que vino de lugares remotos, es hijo del matrimonio de emigrantes judíos ucranianos Jaime Jodorowsky Groismann y Sara Felicidad Prullansky Arcavi.

Los primeros diez años, Alejandro vivió en Tocopilla, y en 1939 la familia se mudó a la comuna de Quinta Normal en la ciudad de Santiago de Chile.

Alejandro se inició en el ámbito cultural chileno arropado por grandes exponentes artísticos como el poeta Enrique Lihn seguido de su paso por Francia en donde aprendió el arte del clown, de la mano de Marcel Marceau.

En 1948 Jodorowsky escribió su primer texto dramático: la pieza para títeres La fantasma cosquillosa.

Luego llegar a México su día a día alcanzó gran notoriedad.

Incluso en su libro «La Contracultura en México», el escritor José Agustín lo menciona como uno de sus principales protagonistas.

Sus primeros trabajos en nuestro país fueron, desde luego, escandalosos. Se recuerda que tras el alboroto que causó su puesta de “Fin de partida de Beckett”, y de colaborar con Leonora Carrington en su espectáculo surrealista “Penélope”, vino la censura de “La sonata de los espectros de Strindberg” y  “La ópera del orden”,

Esto no aplacó el ánimo de Jodorowsky. En 1967 Luis Spota dirigía el suplemento cultural de un diario. Alejandro Jodoroswsky solicitó un espacio en el suplemento en el cual combinó dos ámbitos; la fábula y el cómic.

Fue aceptada su colaboración y bautizó a esta experiencia como “Fábulas pánicas”. Lo pánico dijo; «es todo aquello que ayuda al hombre a agrandar los límites de la conciencia hasta hacer que se incorpore a la existencia».

Su primer Fábula pánica apareció el domingo 4 de junio de 1967,  fue tal la aceptación que que se mantuvo en el suplemento hasta el 30 de diciembre de 1973.

Para entonces en en año de 1970 Alejandro Jodorowsky ya había obtenido el reconocimiento internacional por sus películas, como «El Topo» y «La montaña sagrada».

Alejandro Jodorowsky ha dejado una marca duradera en el mundo del cine, sus libros  y las artes.

Un hombre que vino de lejos.

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