Colaboraciones

Paso a desnivel | Las Islas Marías, un pasado oprobioso | Por: David Cárdenas Rosas

El archipiélago de las Islas Marías la conforman las islas; María Madre, María Cleofas y María Magdalena.

Están a unos 100 km de las costas de San Blas, Nayarit.

Fueron descubiertas en el siglo XVI por Diego García Colio y Juan de Villagómez a finales de 1526, aunque se disputaron su descubrimiento y posesión, Hernán Cortés y Nuño de Guzmán,

Durante 4 siglos las islas sufrieron la explotación de sus recursos naturales.

El 12 de mayo de 1905 fue establecida la cárcel por Porfirio Díaz.

La oprobiosa prisión se estableció en María Madre.

Al principio enviaban a esa prisión a personas que habían cometido delitos como robo, circulación de moneda falsa o «vagancia” y se criminalizó la indigencia, y a las personas que eran adictos a alguna sustancia.

Los presos eran trasladados de su lugar de origen para “pagar sus faltas cometidas”

Su población carcelaria fluctuó desde los 300 hasta los 3000 presos por diversos delitos.

Con el triunfo del maderismo y la salida del país de Porfirio Díaz, el sistema penitenciario siguió siendo el mismo. Incluso en el Maximato, cristeros y comunistas fueron trasladados a esta prisión de “muros de agua” como las describió José Revueltas.

En celdas de escasos metros cuadrados, vivían los presos de dos en dos. Solo cabía una litera, dos bancos y una letrina.

Los presos en ese ambiente malsano, apenas recibían un poco de sol y solo podían salir si su comportamiento era considerado “bueno” por las abusivas autoridades.

También se dieron motines por esas causas e intentos de fuga.

En la isla también hubo mujeres reclusas, como “La madre Conchita”.

En las Islas Marías muchos internos vivieron en semilibertad, permanecían en la isla, pero sin estar tras las rejas y trabajando al aire libre en las empresas que allí había.

En mas de un siglo de vida de este penal, cientos de personas entraron para no salir jamás.

José Revueltas escribió; «Nadie puede resistir el influjo y se experimenta la necesidad de ir hacia el mar, desde la playa, como hacia un viejo dios, no para oír palabras ni rumores, sino para no oír nada, y quedarse en la oscuridad, donde cielo y agua se adivinan, también, todos los recuerdos, el amor ausente, la vida infructuosa, las anhelos sin utilidad y los esfuerzos sin gloria».

 La penitenciaría fue suprimida el 18 de febrero de 2019 por decreto presidencial.

A partir de esa fecha, la terrible prisión que fue una vergüenza social, está ya convertida en el maravilloso, Centro Turístico Islas Marías.

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