Aun con el nuevo programa de verificación vehicular que entrará en vigor a partir del primero de julio en la megalópolis, que contiene medidas más estrictas para que puedan circular los automotores en seis estados, persistirán los actos de corrupción en los verificentros, coincidieron conductores, coyotes y dueños de establecimientos en la zona oriente del Estado de México.
Ahora, los automovilistas pagan entre 100 y 300 pesos por el brinco en verificentros que operan en el oriente del Valle de México.
Aunque será más difícil pasar los carros que antes, pronto encontrarán la manera de que algunos coches obtengan su holograma y puedan circular sin broncas, asegura uno de los coyotes que opera en uno de los verificentros de Ciudad Neza.
