Colaboraciones

Mejores violines

Los constructores de laúdes, dedicados desde hace siglos a la fabricación de estos instrumentos y también de violines, son especialmente cuidadosos al escoger la madera con la que trabajan.

La selección se ha basado sobre todo en características visuales, como el color y la textura.

Esto es importante porque una propiedad -la densidad- es esencial en este tipo de valoración.

Cada parte del violín requiere una madera con características especiales. El diapasón está hecho de ébano o palo de rosa, el puente es de arce y la caja de resonancia de abeto.

La calidad del sonido radica en particular en esta última. Físicos especialistas en acústica han realizado pruebas de laboratorio con las maderas escogidas por los laudistas expertos.

Estos profesionales midieron así las cualidades acústicas en cada tipo de madera, como la “velocidad del sonido”; la “impedancia acústica”, que mide la facilidad con la cual se propagan las ondas sonoras en cada una de las diferentes maderas; el “coeficiente de radiación del sonido”, que describe cuánta vibración se absorbe y se pierde debido a la radiación de las ondas; y el “coeficiente de pérdida”, que indica cuánta energía mecánica se disipa en forma de calor debido a la fricción.

Los estudios anteriores mostraron que las maderas que escogen los artesanos no necesariamente producen los sonidos más puros.

Pese a los resultados del estudio, se ha visto que un constructor de instrumentos experto puede producir un gran violín aun con la madera que no es la ideal, ya que mediante trucos artesanales en cada parte del violín pueden conseguir una gran calidad de sonido.

Su experiencia suple las imperfecciones del material. En contraste, los datos obtenidos acerca de la calidad de la madera en un laboratorio de acústica podrían ser una buena herramienta para la producción de violines en serie.

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