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La visita incómoda: AMLO en la Casa Blanca | Por: L. D. Luis Galdós Sánchez.

Este miércoles 08 de junio se realizará la primera reunión entre el presidente Andrés Manuel López Obrador con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dentro de un ambiente muy complejo, entre los efectos de la pandemia que siguen haciendo estragos en ambos países, así como las próximas elecciones que se celebrarán en la Unión Americana. La visita del mandatario mexicano ha generado una serie de críticas y comentarios tanto del lado norte del muro fronterizo, como en nuestro país.

La agenda de la visita a Washington, más allá de los lugares donde estará el presidente mexicano y su reunión con su homólogo estadounidense, lleva consigo una serie de intrigas y comentarios sobre el verdadero motivo de esta. Tal y como sucedió en 2016, cuando el entonces candidato Donald Trump visitó México y fue recibido prácticamente como jefe de Estado por el presidente Peña Nieto, se ha criticado duramente a la administración federal por estos actos. Pareciera, más que dar inicio formal a los trabajos de la entrada del T-MEC, que la visita de AMLO es un acto de apoyo y respaldo a Trump en su aspiración a reelegirse a un segundo periodo de 4 años. Difícil tratar de afirmar y descifrar los motivos reales de la visita a la Casa Blanca, sin embargo, es evidente que no ha sentado para nada bien del lado americano.

Diversos sectores del partido demócrata, incluyendo al candidato Joe Biden, han manifestado su inconformidad con el aparente apoyo del AMLO hacia el candidato y presidente republicano, sobre todo, por el antecedente que se mencionó anteriormente ocurrido con el presidente Peña Nieto. Las críticas son generales, las cuales buscan demeritar la reunión y se realizan señalamientos de respaldo de México hacia un presidente, que durante lo que lleva de su administración, se ha dedicado a criticar duramente al sector migrante de aquel país, compuesto principalmente por connacionales mexicanos.

Resulta hasta cierto punto contradictoria la visita de AMLO a Trump, sobre todo, por las duras críticas que realizó López Obrador cuando era aspirante a la presidencia. Tan simple es voltear al pasado y observar el libro que publicó AMLO titulado Oye Trump, donde más allá de emitir una opinión personal, señaló que el recibimiento realizado por el gobierno mexicano al candidato republicano había sido un error colosal, por no decir, uno de los mayores tropiezos realizados por la diplomacia mexicana en su historia. Error que incluso fue reconocido por el entonces secretario Luis Videgaray, quien después de la visita de Trump, se separó de su cargo como secretario de Hacienda, para volver tiempo después a la administración como Secretario de Relaciones Exteriores.

Ahora, ¿cuáles son los elementos que rodean la visita? Como ya se mencionó, México ha sido blanco de ataques por parte de Trump, desde los tuits a primera hora que realiza el mandatario a través de su cuenta personal de Twitter, hasta declaraciones públicas realizadas en la frontera, donde se construye el muro. Muchos de estos mensajes, más que trasmitirse con palabras, se realizan a través de imágenes. Es tan simple como abrir la cuenta de Trump y encontrarse, el día lunes 06 de julio, con una imagen del presidente frente al muro fronterizo, mirándolo de arriba-abajo, como si admirara su labor de dividir a las poblaciones de dos naciones que han compartido no solo frontera, sino lazos históricos y polémicos.

Sin embargo, el actuar del presidente Trump no es nuevo para el mundo. Ya lo narraba Michael Wolff en su obra Fuego y Furia, libro que fue publicado en 2018 y que él mismo describió como “en las entrañas de la Casa Blanca de Trump”. Basta dar lectura a alguno de sus capítulos para conocer el Trump irrisorio, intolerante y explosivo, con una actitud distinta a quienes lo precedieron y que, de reelegirse, continuará por otros cuatros años. Como ejemplo, algunas de sus líneas:

En las primeras semanas de su presidencia surgió una teoría entre los amigos de Trump de que no estaba actuando de forma presidencial, o, en realidad, que de ningún modo está tomando en cuenta su nuevo estatus ni moderando su conducta.

¿Por qué es relevante hacer énfasis en estas líneas? Porque parece ser que, aún y cuando AMLO y Trump gobiernan países distintos, son muy similares entre sí. La actitud desafiante, el constante ataque a los medios de comunicación y la división de una población, son signos de que estos dos presidentes, más que diferir, concuerdan en muchas cosas. Lo interesante será al momento que se sienten a dialogar en la recepción que se realice en la Casa Blanca, debido al interés mediático que esta visita ha generado.

Ahora bien, como se plantea al inicio, la visita de AMLO a Estados Unidos viene en un momento muy álgido, sobre todo, si se toma en cuenta que el presidente mexicano no había salido del país desde su toma de posesión, diciendo, que debía estar en México y que no eran necesarias visitas oficiales. Tendrá que caminar con mucho cuidado el sendero que le ha sido trazado en la mítica Washington, porque cualquier acto o palabra, será duramente criticado en ambos países.

Sin duda la visita a la Casa Blanca es incómoda, porque, si Trump pierde la elección, será un mal augurio para la eminente administración demócrata. Y si las cartas son favorables para el actual presidente republicano, se recordará como otro error catastrófico de la diplomacia mexicana, tal y como sucedió con Peña Nieto en 2016. En fin, por ambos lados se pierde, solo habrá que analizar cuáles serán las consecuencias de dicha visita, sin terminar siendo de nuevo, el vecino subyugado.

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