Rumbo al 2024

Intervención del senador por el Partido Revolucionario Institucional, Jorge Carlos Ramírez Marín, para referirse a los hechos ocurridos en Tlahuelilpan, Hidalgo, en el marco de la Agenda Política de la Sesión de la Comisión Permanente.

Ciudad de México, 23 de enero de 2019

Señor presidente.

Estimados compañeros legisladores.

Con su permiso.

Antes que nada, enviamos desde aquí, nuestro más sentido pésame, nuestra más fraternal solidaridad a las familias de las víctimas de esta horrible tragedia, vayan para ellas no solamente muestras de palabra, vayan para ellas nuestro compromiso de que esta sea una experiencia que cierre un ciclo permanentemente pospuesto en nuestro país, el marco en el que deben actuar las autoridades y la permisividad con que se debe de enfrentar la situación, una situación que involucra a un número muy grande de personas.

Esta tragedia por supuesto tiene que dolernos a todos, es una cicatriz, es una herida abierta perdón, es una herida abierta, no solo en México, es una herida abierta para todo el mundo, más de 90 víctimas mortales, personas desaparecidas.

Cuando minutos antes contemplábamos en los videos posteriores cómo se divertían, jugaban, reían, y después de eso, la tragedia, y después de eso una explosión que deja a muchos sin reconocer, pero lo más impresionante, deja a muchos sin siquiera aparecer.

Eso es lo que nos puede mostrar las dimensiones de esta tragedia, y por eso, estimados amigos, no podemos obviar las preguntas a las que esta tragedia da lugar.

En primer lugar, ¿por qué no se cerró un ducto que estaba abierto? Cuando todos los días hemos escuchado que esta ha sido reiteradamente la estrategia que se está llevando a cabo.

Nos picaron el ducto de Azcapotzalco y está, por eso lo cerramos, por eso no hay gasolina.

Hoy nos intentaron picar todos los ductos y los cerramos. Eso va a dificultar más la distribución y el abasto.

Vamos a tener que comprar pipas porque nos siguen picando los ductos.

Y tiene que llamar la atención y tiene que llevarnos a pregunta el hecho de contemplar una fuente de muchos metros de altura, rebosando combustible, horas después de que fue notificada la fuga. Horas después de saberse que nos habían picado ese ducto. Tienen que ser preguntas.

¿Por qué PEMEX no cerró el ducto apenas recibió el reporte de la fuga?

¿Cuándo se considera entonces que una fuga es relevante para salir en televisión nacional, y otras irrelevantes? ¿Cuándo pueden costar la vida a decenas de personas?

¿Cuál es la actuación que debió tener la autoridad? Dicen en comentarios aparte, es que el Ejército no va a enfrentar al pueblo, es que las policías no van a ser usadas para confrontar a la sociedad.

Eso es entendible en una marcha que reclama la aplicación de derechos humanos, el resultado de unas elecciones, la expresión de tal o cual cosa relativa a su libertad de expresión, se entiende que ni el Ejército ni la Policía Federal puedan actuar contra la sociedad.

Pero para evitar que se bañaran en gasolina y luego pudieran explotar, ¿de verdad ningún protocolo de la autoridad prevé su obligación de prevenir esta clase de daños?

Entonces ¿para qué mandamos agentes a partidos de futbol? Precisamente para evitar confrontaciones, violencia y daños, y aquí, ante el espectáculo en ese momento divertido de gente bañándose en gasolina, no hicimos nada, y después el espectáculo siniestro de recoger cadáveres.

Esa es una pregunta que está en el ambiente, ¿por qué no se puso a salvo a la gente, aún contra su voluntad? ¿qué era lo que podía hacer la autoridad y qué era lo que no? ¿quién tenía que disponer la actuación de esos soldados que llegaron con horas de anticipación a la tragedia? ¿cuál era el marco delimitado en un incidente de daño federal del resto de las fuerzas de seguridad?

Protección civil ¿no tiene ninguna capacidad de actuación cuando se trata de ductos de gasolina o de oleoductos? ¿De verdad nadie se dio cuenta de que era una situación que iba a terminar en una tragedia?

¿De verdad en ese momento nadie pensó que la menor chispa iba a significar la muerte de cientos de personas posiblemente? Como pudimos apreciar en los videos. Son preguntas.

Una gran lección que nos dejan estos hechos, es el análisis determinante sobre la capacidad de actuación de las fuerzas militares y los protocolos a que se están sujetando.

Los tenemos en la calle, ¿estamos seguros de que cuentan con los protocolos de actuación para casos, no solamente de enfrentarse a las personas que se dedican al crimen organizado, sino también a casos como éste, donde ese crimen organizado ha derivado en la irresponsable actitud de cientos de ciudadanos? Otra pregunta.

Este tipo de tareas como la que le estamos pidiendo al Ejército, exigen experiencia y proximidad, labores de persuasión, de disuasión, una preparación específica, pero en cuanto a que estaban ahí, no hay duda; en cuanto a qué debieran haber hecho, no hay duda.

Podemos especular de si recibían órdenes o no, si enfrentarían o no, de riesgo que se correría o no, el hecho irrefutable es que estaban ahí.

En vez de 25 soldados, posiblemente requeriríamos mucha más fuerza civil, pero hoy no se trataba de reprimir a los pobladores, se trataba simplemente de ponerlos a salvo. Ese es el término.

Para momentos como éste, contamos con fuerzas policiales, y hay que reflexionar seriamente sobre si en verdad queremos hacer totalmente a un lado o desaparecer en su función.

En el mismo sentido, tengo que señalar que el fiscal general de la República, a quien acabamos de otorgarle ese nombramiento, se encuentra ante una de sus más difíciles pruebas.

No nos hubiera gustado que este fuera el bautizo de su actuación, pero sin duda hacemos votos, confiamos, creemos, exigimos que cumpla y que nos dé resultados absolutamente contundentes con respecto a los hechos y con respecto a los responsables.

Podríamos, amigos, hacer como se hacía hasta hace muy poco, salir a rompernos las vestiduras y decir: “los primeros muertos del sexenio”; podríamos también decir: “fue el Estado, no tengan ninguna duda”.

Hoy lo que nos tiene que mover es que hay prácticamente un centenar de personas que sufrieron porque no supimos hacer a tiempo lo que estábamos obligados a hacer.

¿En qué consistía esto, quién pudiera ser responsable? Nosotros no vamos a adelantar juicios, esperaremos y confiamos en la actuación de la justicia mexicana, que es lo que pedimos para todas estas víctimas y sus familias, justicia.

 

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