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Interpol, ya eres mexicano en capital rockera

  • El grupo liderado por Paul Banks dio anoche un show gratuito con el Zócalo lleno

Ciudad de México, 21 de abril del 2024.- México mágico lo hizo posible: Interpol dio anoche un concierto histórico en el Zócalo.

Qué locura, ¿no? Paul Banks (voz) y Daniel Kessler (guitarra) lo lograron, los neoyorquinos lo hicieron con todo el arrastre cultural que conlleva venir de una generación de músicos que, en la entrada del siglo XXI, hizo del revival garage un reinicio formidable del rock.

Justo antes de que C’mere abriera a las 20:00 horas, apareció un galón transparente en manos de un punk de antaño, esparciendo un hedor que fácilmente podría tratarse de Oso Negro o, quizás, el famoso Tonayan.

A eso nos referimos del contexto en el que este concierto se desarrolló. Lo más interesante, mientras el alcohol de contrabando emergió, fue escuchar en su totalidad la rola antes mencionada del disco Antics, una que Sam Fogarino, el baterista original y ausente por recuperación de una cirugía, apenas aguantaba tocar unos minutos. Chris Broome, su drum tech, lo hizo posible junto a Paul y Daniel.

El problema de la pequeña lluvia que cayó durante el acto telonero de Water From Your Eyes fue el olor a humedad que se hizo muy denso, pero fue la mejor forma de dar la bienvenida a Say Hello To The Angels. La mota también hizo lo suyo, formó nubes que hicieron de Narc algo único.

Por supuesto, Interpol estuvo trajeado para la ocasión. Paul con lente oscuro y cabello relamido, evocando esa atmósfera post punk siempre presente desde que editaron Turn on the Bright Lights. A comparación de otros shows, el cantante se mostró un poco más tímido que de costumbre. Su español falló en un par de palabras para presentar My Desire.

¿Quiénes estuvieron escuchando Interpol? Una mayoría de dosmileros, bebiendo de forma ilegal, fumando, cantando y pasándola de lo mejor sin tener tanto tiempo el celular en la mano y por supuesto no faltaron los que entienden que a la gorra ni quien le corra, justo fueron ellos los que miraban de forma incomprensible el espectáculo que transcurría. Por supuesto, varias de esas personas con niños en hombros, algunos de padres Interpoleros, otros de puros curiosos.

“Ya llevamos 20 años viniendo y es un sitio especial en nuestros corazones. Gracias por venir”, dijo Paul en su español chilango obtenido gracias a tres años de residencia. Entre la gente, cheleros salvando la noche con terrible sensación de humedad.

The Rover trajo de vuelta ese beat tempo que a una generación nos identifica, mientras que All The Rage Back Home mostró la evolución de un grupo acostumbrado a esta audiencia tan entregada, que salta y sabe que si alguien se molesta es porque no pertenecía a este ambiente.

Generaciones más abajo hicieron suya Rest My Chemistry, también con más corazón que celulares en mano. El futuro del rock está en buenas manos. A comparación del show que Rosalía dio hace un año, en el mismo sitio, pero atiborrado de pantallas, aquí se pudo apreciar a la banda a distancia y sentir rolas como Not Even Jail.

Sin embargo, qué cosa más hermosa fue NYC. La Plaza de la Constitución completamente iluminada sólo para dar vida a esa línea nostálgica “It’s up to me now / Turn on the Bright Lights”. Evil, Public Pervert y Slow Hands no quedaron al final del show para no hacer un cierre cliché y esperado.

Paul prefirió no hablar tanto. Dijo que lo matarían los fans si no tocaba lo suficiente. Su encore duró un poco más de lo esperado y el tiempo muerto valió para aventar chelas, bañar a la gente y embrutecer con lo que había a la mano. El hedor a activo también dijo “presente”.

Interpol se despidió con Untitled, la desgarradora No I Threesome Stella Was Diver and she Was Always Down. 21:40 horas. No más, pero dejando la sensación de que esta capital aún puede considerarse rockera.

Con información de: https://www.excelsior.com.mx/

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