- Por primera vez, la emblemática coreografía, que Maurice Béjart hizo de la pieza de Ravel, se presentará con talento mexicano
Ciudad de México, 31 de agosto del 2022.- La coreografía Bolero, de Maurice Béjart, llegará al Auditorio Nacional con la Gala Elisa y Amigos, que presenta Elisa Carrillo, Primera Bailarina mexicana de la Ópera Estatal de Berlín. La gala estará conformada por artistas internacionales que pronto serán anunciados. En el mundo hay pocas compañías con los derechos para interpretar esta coreografía —dice Carrillo, en entrevista—, “es algo especial porque los bailarines deben tener la capacidad y las posibilidades de presentar lo que Béjart deseaba. Para mí fue especial, no sólo que me dieran la oportunidad de interpretar Bolero, sino que pueda ser con bailarines mexicanos”.
Carrillo Cabrera precisa que hay artistas estrella “con el derecho de bailar esta coreografía. Pero lo hacen, muchas veces, junto a bailarines de la compañía de Béjart. En esta ocasión nos apoyaron para que lo hicieran también bailarines mexicanos. Me conocen y saben de mi carrera, por lo que es un gran honor presentar Bolero con bailarines de mi país”.
Cada bailarín ensayará en el país desde donde se encuentre; se prepararán mientras que la ganadora del Prix Benois de la Danse en 2019 llegará unos días antes a México para ensayar. “Son 40 hombres en escena. Una semana y media antes de la función en el Auditorio Nacional nos juntaremos para los ensayos”, señala.
Sobre la historia de Bolero, Carrillo cuenta que Béjart hizo la coreografía para su compañía —hoy llamada Béjart Ballet Lausanne— y que, como muchos de los grandes coreógrafos, la pieza fue creada para los bailarines de dicho ballet, convirtiéndose en “el símbolo” con el que se le asocia.
“Cuando hay una coreografía trascendente, otras compañías desean que integre su repertorio. Lo cual ha sucedido con Bolero y el ballet de Tokyo”.
En la coreografía, Carrillo representa la melodía de Ravel, mientras que los hombres “son el ritmo. Hay un intercambio entre lo que hacen los hombres y lo que hago yo o, más bien, el bailarín que está en la mesa”.
Una pieza que, para la bailarina, es “un poco como la vida misma porque empieza de forma tranquila, suave, y la música de Ravel va cambiando hasta llegar a una explosión enorme. Nace con mucha luz, con mucha energía —va aumentando gradualmente— y, al final, hay una especie de muerte porque sale todo de uno mismo en la presentación. Es una coreografía con mucha sensualidad: los movimientos son claros y sencillos, pero hay una mezcla de atracción entre dos energías. Es una cuestión de mucho poder, mucha fuerza y mucho contacto con el público”.
La bailarina también describe la combinación entre los pasos creados por Béjart y la pieza de Ravel como un viaje maravilloso de 16 minutos “en el que artistas y espectadores viven una especie de muerte. Algo especial y fuerte bajo la guía de la música. Han pasado ya muchos años desde que esta coreografía fue creada, pero sigue teniendo la misma fuerza a la hora de ser representada en el escenario”. También destaca el juego que hay en la iluminación y la sencillez del vestuario, que es austero, pero permite que los movimientos del cuerpo de los bailarines sean visibles en el escenario.
“Esta coreografía tiene para mí, desde el principio, algo de ritual. La manera de introducirte es de una fuerza impresionante que te controla y te da la energía para llegar al final. Un final que es la cúspide porque uno alcanza lo más alto. Es como estar un poco en trance porque se entra en esta magia, esta cosa tan fuerte que se creó. Al terminar las funciones, siempre me sentí cansada y, a la par, llena de energía adentro. Es impresionante el poder de transformación que tiene la danza, y no lo digo sólo por el público sino por mí misma”.
Sobre el primer contacto con la obra de Béjart, Carrillo se remonta a su infancia: “Yo vi por primera vez Bolero en México, en videos, cuando era niña. En Europa me tocó ver después a alguna compañía ensayándolo, pero, por lo general, fue en grabaciones. En YouTube hay muchos videos de Bolero. En vivo lo pude ver en Bélgica durante una gira de la compañía de Béjart. Él es un gran coreógrafo y Bolero es ineludible”.
La función en el Auditorio Nacional será el 30 de octubre a las 18:00 horas.
Con información de: https://www.eluniversal.com.mx/
