Pueblos Originarios

Danzan rarámuris para la Pascua

  • Esta etnia abrió, en un hecho inédito, sus tierras y tradiciones a El Heraldo de México para ser testigo de esta celebración

Norogachi, Guachochi, Chihuahua, 28 de abril del 2019.- Las luminarias en los cerros que rodean a Norogachi, una comunidad ubicada en el corazón de la sierra Tarahumara, anuncian la celebración de Semana Santa.

Desde una semana antes, los indígenas rarámuris inician los preparativos para recibir a sus hermanos y a cientos de turistas que, como cada año, observan una de las tradiciones más arraigadas de este pueblo.

Antes de que cayera el sol, el sonido del tambor anunció el inicio de la fiesta. Un grupo de pintos, que representan a los fariseos, subió hasta el cerro de la cruz para iniciar.

FIESTA. LOS VISITANTES TAMBIÉN SON DE COMUNIDADES CERCANAS A ESTE PUEBLO UBICADO EN LA SIERRA DE CHIHUAHUA.

La fogata encendida con las ramas y hojas que recolectaron en el camino fue replicada en los alrededores del lugar con dos objetivos: la búsqueda de Jesús de Nazaret y el aviso a las comunidades aledañas para que arriben al lugar.

Desde esa noche, los rarámuri ofrecieron su cansancio como ofrenda e iniciaron las danzas con la llegada de los grupos de pintos. Cuentan que, a diferencia de los discípulos de Jesús, ellos permanecen en vela para no dejarlo solo.

Para la tarde del Jueves Santo no queda espacio para el silencio que caracteriza al pueblo en las demás épocas del año. Los pintos realizan danzas de procesión en el atrio del templo y entre los caminos principales, las cuales no terminaron hasta la madrugada, cuando varios de ellos se concentraron a tomar tesgüino (cerveza de maíz) alrededor de las fogatas que encendieron afuera del templo.

El viernes continuaron con las procesiones hasta que la abanderada, quien es elegida por el pueblo para organizar la fiesta, encabezó el viacrucis con la colocación de cruces de madera alrededor del pueblo.

Las procesiones continuaron su curso y, después de la danza del encuentro de Jesús con su madre María, se dirigieron al panteón para el santo entierro. Los pintos identifican al Judas, con el mestizo que ha dañado a su comunidad.

La Semana Santa rarámuri combina los rituales ancestrales de la etnia con algunos elementos evangélicos por lo que las actividades que realizan tienen varias interpretaciones para ellos. En lo que todos coinciden es en la importancia de dar gracias, de cerrar un ciclo y, sobre todo, saludar y compartir la comida y la bebida.

De las procesiones en el centro la mayoría se va a la casa de la abanderada. Ahí se comparte el tesgüino y se maquilla a los dos pascoleros que quemarán al judas para liberar al pueblo del mal, todos se dirigen al atrio del templo.

Al final comparten por última vez el tesgüino en la explanada de la presidencia, en donde danzan para dar gracias y despedirse.

TRADICIÓN. EL JUDAS QUE QUEMAN LOS HABITANTES LO HACEN ESE MISMO DÍA.

 

Con información de: https://heraldodemexico.com.mx/

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