El Partido Revolucionario Institucional (PRI) está punto de morir, el próximo domingo podría enfrentarse prácticamente a su extinción en las elecciones de la gubernatura del Estado de México, la entidad más poblada del país y el último de los estados de importancia bajo gobierno priista.
Los sondeos dejan entrever que MORENA podría ganar por amplio margen en el Estado de México, una contienda que muchos consideran como un adelanto de las próximas elecciones presidenciales, en las que el partido también es visto como el favorito.
Mientras los morenistas aseguran que según las encuestas van arriba con una ventaja del 12 hasta el 20 por ciento; la alianza “Va por México” responde que ya alcanzaron a la izquierda y van a ganar.
Aunque el PRI podría mantener el gobierno de Coahuila, es una entidad escasamente poblada en el norte del país, la cual, también elige gobernador el próximo domingo. El papel central se disputa en la entidad mexiquense, con 12 millones 428 mil 472 votantes.
También se debe contemplar el papel histórico de su clase política, el grupo Atlacomulco, convertido en el último gran dinosaurio surgido durante la prehistoria de la democracia mexicana; de modo que vencer al PRI por primera vez en dicho estado, conformaría un símbolo histórico. Probablemente significaría el fin del PRI como protagonista político.
Sería un final humillante para un partido que mantuvo la presidencia de forma ininterrumpida de 1929 a 2000, y que ha gobernado el Estado de México por 94 años.
“Después del 4 de junio si el PRI pierde, ahí ya se puede afirmar con toda claridad que ya no tiene futuro, tardaría un tiempo en desaparecer, tal vez se quedaría a nivel local, regional, pero ya no a nivel nacional. Está llegando al final”, comenta el analista político Benedicto Ruiz Vargas.
Asegura que ha visto en su estado natal de Baja California lo que sucede cuando el PRI cae en picada; muchos de sus integrantes se jubilan o buscan sumarse a otros partidos políticos.
