Colaboraciones

Charlas de Taberna | Por Marcos H. Valerio | Un ejército con cara de niños.

Difícilmente se aprecian los rostros de los soldados israelíes que vemos a través de las cámaras de televisión, ya que están cubiertos con cascos. Son adolescentes que custodian las calles de Tel Aviv, Jerusalén o cualquier otra ciudad hebrea.

Son jóvenes de apenas 18 años, que ya portan sus uniformes de color verde olivo y armas de grueso calibre, siempre alertas e incluso con experiencia en el frente.

“Somos un pueblo que está defendiendo a su país”, dice el joven Iriat, de 18 años de edad, quien pertenece a un comando de las fuerzas armadas israelíes de origen hispano.

Expresa que, desde los 17 años, los jóvenes israelíes comienzan a planificar en cuál fuerza prestarán su servicio. Los israelíes que están exentos del servicio militar son los religiosos y los árabes con nacionalidad israelí. El estado físico es determinante a la hora de la selección de soldados, explica.

Durante la plática con el grupo de militares de origen hispano se generó una diferencia en relación con aquellas personas de tendencia pacifista y moralistas que no están de acuerdo con el servicio militar obligatorio.

Para el soldado Carlos de origen argentino es importante respetar la opinión y las decisiones de los judíos que deciden no enrolarse y que disfrutan de las ventajas de una democracia, sin cuestionarlos o calificarlos de cobardes. Rehusarse a cumplir el servicio militar, sin tener una excusa válida, podría ocasionarles una pena de dos meses de cárcel.

A lo que contesta de inmediato Iriat que dos meses son pocos. “Deberían dejarlos los tres años que estamos en el servicio, por cobardes”.

Carlos ya no quiere seguir la discusión y señala que “una de las situaciones con las que tienen que lidiar a diario son evitar el paso a árabes, ya sean hombres, mujeres o niños. Asegura que esta situación se convierte en un dilema para ellos, porque es triste escuchar a padres palestinos rogando que los dejen cruzar para trabajar, pues son el único sustento de la familia.

En más de una ocasión estos hombres o mujeres han mentido y el resultado ha sido la muerte de docenas de civiles, interrumpe Iriat, quien añade que en el Ejército les inculca el respeto a las mujeres, niños y ancianos, pero organizaciones terroristas como Hamas o Yihad Islámico los utilizan para perpetrar ataques terroristas, por lo cual, es imposible creer en sus súplicas de entrar a territorio judío a trabajar.

Explican que durante esos tres años de servicio militar el miedo nunca los abandona, pero lo importante es defender al país, no sólo de Palestina, sino de todas las demás naciones árabes que constantemente intentan invadirlo.

“Para esto somos entrenados y cuando tenga mis hijos también les inculcaré el amor a su patria y el valor para defender a su pueblo, y así, a sus 18 años, cumplan con el servicio militar y no pasen dos meses en la cárcel por cobardes”, finaliza el soldado Iriat.

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