Colaboraciones

Charlas de Taberna | Por: Marcos H. Valerio | Similitudes entre El Caníbal de la Guerrero y El Carnicero de Milwaukee.

Con base en estudios y entrevistas, sicólogos, criminalistas y peritos concluyeron que la falta de amor, incomprensión, maltratos, frustraciones y abusos sexuales durante su infancia formaron la personalidad psicópata de José Luis Calva Zepeda, e incluso, lo comparan con Jeffrey Dahmer, El Carnicero de Milwaukee.

Aseguraron que El Caníbal de la Guerrero era un delincuente que evolucionó, su carrera delictiva inició de niño, con pequeños robos; en su juventud, abusó sexualmente de una menor; como adulto, golpeaba constantemente a su cónyuge; al divorciarse, empezó a asesinar y mutilar a sus parejas sentimentales.

La especialista Verónica Román comentó que la infelicidad que sufrió Calva Zepeda desde su niñez, el maltrato de su mamá, la falta de la figura paterna, las distintas relaciones de su madre con otras personas, formaron su personalidad criminal.

Asimismo, la criminalista Patricia Payán explicó que una necesidad de los psicópatas es buscar emociones más fuertes, “son delincuentes que se van perfeccionando, empiezan con pequeños ilícitos hasta que cometen crímenes atroces”.

Refirió que los psicópatas planifican sus crímenes, planean sus conductas sexuales, pero siempre hay un detalle que les falta, por lo cual, siempre están a la búsqueda de más víctimas, sin embargo, su fantasía nunca va ser cumplida.

Con respecto a la similitud con El Carnicero de Milwaukee, la criminalista Payán detalló que Jeffrey Dahmer realizaba cortes precisos, como si los hubiera hecho un cirujano, y tenía intimidad con sus parejas en su rancho, era muy tranquilo. Cuando las autoridades acuden al domicilio para preguntar por una mujer desaparecida, se percatan que está el cuerpo colgado de las piernas y mutilado, había restos humanos por todo el lugar.

Como se recordará, Calva Zepeda fue detenido la madrugada del 8 de octubre de 2007 en su departamento, donde descubrieron el cuerpo de su víctima descuartizada, para lo cual utilizó un cúter.

Jeffrey Dahmer también llegó a probar algunas vísceras, contrataba los servicios de homosexuales, en un descuido los asesinaba y posteriormente, los cortaba. Incluso, tomaba las partes del cuerpo para masturbarse.

Por lo que hace al Caníbal de la Guerrero, en su cocina, sobre la estufa, se halló un sartén aún con carne y un trozo de hueso; en el comedor había un plato con residuos de carne quemada humana y unos cubiertos, una cáscara de limón exprimido, un frasco de salsa Valentina, un encendedor para cocina, una botella de ron y una lata de cerveza.

Asimismo, ambos eran alcohólicos, antisociales y aislados. El Carnicero de Milwaukee llevaba diversas fantasías sexuales de sodomía. Sus víctimas eran delgadas para poder manipularlas.

José Luis Calva leyó los libros El Marqués de Sade, El Niño Vampiro Lee: Sodoma y Gomorra, por lo que empezó a realizar prácticas sexuales con sus parejas, igual como venían detallas en las obras que leía.

Las mujeres con las que se relacionaba tenían un perfil: eran divorciadas o madres solteras con hijos, de baja estatura para controlarlas cuando ejercía violencia y, de igual manera, las amenazaba con dañar a sus hijos.

Otra de las similitudes es la veneración a la muerte, El Carnicero de Milwaukee decía: “A mí la muerte me fascina”. Incluso, a sus víctimas las drogaba y les hacía profanaciones en el cerebro para “convertirlos en zombis”. Afirmaba que él era lo máximo, que era El Creador.

Calva Zepeda le fascinaba el estudio de la muerte, refería que era cristiano y al mutilarlas impedía que estas mujeres no llegaran al cielo, o sea, se creía Dios.

Con base en sus escritos, El Caníbal de la Guerrero detalló que era la persona más importante, la creación más importante del universo, lo describe en los dibujos que estaban en su casa.

En uno de sus trazos hechos en la pared de su departamento se representaba La Última Cena, pero no había apóstoles, sólo una figura central sin rostro. Explicaba que era él representado en Dios.

A Calva Zepeda le frustraba la soledad, pero no toleraba estar con alguien; cuando la pareja exigía obligaciones iniciaban los desacuerdos.

En conclusión, los dos compartían un trastorno antisocial en su personalidad, en cuanto a los delitos ambos fueron acusados de homicidio, abuso sexual y robo.

La especialista Patricia Payán advirtió que en los centros de reclusión penitenciaria dan tratamiento psicológico a los psicópatas, pero no es suficiente, porque nunca cambian.

“Te pueden engañar, no se van a rehabilitar, porque es una cuestión química que tienen en su organismo, es un mal funcionamiento de la amígdala que es la que regula las emociones, hasta ahora no hay antídoto, por lo que no es conveniente los tratamientos para los psicópatas”, explicó.

Agregó que, “ellos se alinean a las reglas de los centros penitenciarios, respetan la figura de la autoridad, no hay una peligrosidad para el resto de los internos, lo que no habrá es una rehabilitación, siempre va ser un peligro para la sociedad, si sale antes de su sentencia, va seguir cometiendo homicidios”, concluyó.

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