Colaboraciones

Charlas de Taberna | Por Marcos H. Valerio | Niños…sin amor.

Uno de los grupos más vulnerables de la sociedad mexicana, los llamados niños de la calle, continúa incrementando aceleradamente sin que los programas gubernamentales encuentren una solución.

En medio de las actitudes indiferentes de transeúntes e inmersos en la insalubridad, el consumo de drogas y la marginación social, los niños de la calle se refugian debajo de puentes vehiculares, en terminales de autobuses, respiraderos de estaciones del Metro o cualquier lugar que los proteja de las inclemencias del tiempo.

Se cubren con cartones o periódicos y, en el mejor de los casos, con una cobija sucia. En algunas ocasiones algún perro le prodiga calor. Su promedio de vida fluctúa entre los 14 y los 16 años.

De acuerdo con las estadísticas, cada año mueren 50 de ellos por hambre, frío, sobredosis, enfermedades infecciosas, atropellados por algún vehículo, violados o incluso por suicido, además de ser víctimas constantes de los cuerpos policiales. Las autoridades, por lo regular, no dan seguimiento a casos como estos, pues al no ver quien reclame, simplemente dan carpetazo.

Sofía o La Pantera, como la llaman “los de la banda”, comenta que está embarazada, pero no de su novio. En la época cuando ocurrió todavía no lo conocía, pues ella deambulaba por La Merced y La Candelaria, actualmente recorre la Plaza Garibaldi.

La noche que la violaron andaba sola, acababa de robarse un reloj, “me apañaron unos sujetos” –comenta-. La pasearon durante horas en un automóvil y luego, ya de madrugada, la metieron a una bodega donde la golpearon, la obligaron a que se bañara con agua helada y después la ultrajaron.

Pasaron unos dos meses cuando los mismos individuos volvieron a detenerla; ahora no la querían violar sino matar, pues según ellos La Pantera tiene sida. Afortunadamente sus cuates vieron cuando la amagaban, la defendieron y decidió irse de ese lugar.

Optimista, dice que: no le preocupa lo que dijeron los sujetos, pues de ser cierto ya estuviera muerta. Aunque, agrega, ya tomó precauciones, consiguió quien se quede con su bebé cuando nazca, así ella podrá morir en paz y su hijo tendrá un hogar y unos padres que lo quieran mucho.

Su rostro cambia. Con lágrimas explica que ella huyó de su casa porque su madrastra le pegaba, dejaba que uno de sus vecinos entrara a su casa para violarla. Su padre nunca le creyó cuando se lo comentaba. Es más –afirma-, me corría de la casa. Es por eso que decidí vivir en las calles.

La Pantera, para seguir platicando exige dinero para una torta y un refresco.

¡A las drogas!, bueno sí, todos los días hacemos la mona, tú sabes, un trozo de estopa con thinner. Sirve para calmar el hambre y el frío, además duermes muy tranquila.

Al día siguiente. En la mañana limpio parabrisas, donde saco hasta 100 o 150 pesos. Eso es para la comida; la tarde es para dormitar, pues es el momento en que hay calma, algunos cuates juegan la cascarita, consiguen la mona o el chemo, cuando nos va bien hasta mota compramos, esa se guarda para la noche que es cuando el frío cala.

Mi novio es el Pacha, tiene 15 años, es de los más broncudos, por eso lo elegí, pues con él me siento protegido y ya nadie me golpea.

Él sabe la posibilidad de que puedo tener sida, pero dice que “de algo nos tenemos que morir”.

Este es el presente y el futuro de los niños de la calle que en lugar de calmar el hambre con algún alimento lo hacen con el chemo, que en lugar de cariño reciben maltratos de la sociedad.

De acuerdo con información de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, entre las principales causas de abandono de un bebé es porque las jóvenes se ven inmersas en la problemática del embarazo, sin que ellas lo hayan deseado, en el momento en que su pareja conoce que están encinta, decide abandonarlas.

Los niños que encuentran regularmente en los basureros o paraderos de autobuses presentan problemas muy serios de salud, no pueden regular bien la temperatura y son vulnerables para contraer cualquier enfermedad contagiosa.

Son bebés de bajo peso, ya que crecen en el vientre de una madre que no se alimenta adecuadamente y son presa fácil de cualquier tipo de enfermedad.

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