Colaboraciones

Charlas de taberna | Marcos H. Valerio | Negligencia médica en INER.

“En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias no tienen absolutamente nada, todo lo tenemos que andar comprando: medicamentos, material quirúrgico, faltan muchas cosas”, dijo Adriana, la esposa de la primera víctima por coronavirus en México.

Con ojos llorosos, la mujer comenta que su cónyuge ingresó al nosocomio por neumonía, al paso de los días se fue complicando. “Le empezaron a fallar órganos del cuerpo; la prueba para detectar el covid-19 se la tomaron desde que se internó, sin embargo, una semana después nos informaron que dio positivo”, recordó.

“El coronavirus no me lo confirmaron al ciento por ciento, porque según ellos, le faltaba una prueba”, la cual estaría a cargo del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).

Cabe señalar que la única autoridad autorizada para confirmar si murió por coronavirus son autoridades del InDRE, por protocolo, no obstante médicos del hospital y la propia Secretaría de Salud señalaron que la causa de muerte fue el coronavirus.

Doña Adriana, explica que toda esa semana que estuvo internado, le diagnosticaron probable caso de influenza. Agrega que su cónyuge tenía 41 años, era originario del Estado de México y padecía diabetes y sobre peso.

Al realizar su historial médico, para detectar en dónde pudo haberse infectado, se supo que la víctima, no tiene ninguna referencia de viaje al extranjero, mucho menos sus familiares, sin embargo,  asistió al concierto de la banda sueca Ghost, el pasado 3 de marzo en el Palacio de los Deportes, recinto cuya capacidad es de 60 mil personas.

El ahora fallecido, estaba internado en la cama siete del área de urgencias del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), y de acuerdo con los familiares, el deceso ocurrió entre las tres y cuatro de la tarde del 18 de marzo, sin embargo. Lo dieron a conocer hasta las 23 horas de la noche las autoridades de la Secretaría de Salud.

En la charla, la esposa de la víctima, señala que a pesar del diagnóstico, tanto ella como su hijo no fueron monitoreados por parte de ninguna institución de salud pública, si no por un médico particular; mucho menos se les recomendó la cuarentena.

Insiste que desde que su esposo entró al INER los partes médicos han sido muy confusos y la falta de insumos por parte de las autoridades.

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