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Capitalinos abarrotan, de nuevo, calles del Centro Histórico

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Ciudad de México, 12 de julio del 2020.- Yolanda Esquivel decidió distraerse en las calles del Centro Histórico pues la pandemia la dejó sin empleo.

En una jardinera frente al edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió recargarse para llenar varias solicitudes de empleo en medio de cientos de personas que volvieron a congregarse en el primer cuadro de la Ciudad, así como en plazas y centros comerciales este fin de semana.

“No tengo trabajo, no hay dinero para subsistir. Me vine para acá [Centro Histórico] para distraerme, y la verdad es que sí pude. Me siento desanimada”, externó la mujer y enseguida volvió a concentrarse en las solicitudes de empleo que entregará en el Estado de México.

Yolanda, como miles de personas, paseó por avenida Pino Suárez, una de las más transitadas y donde trabajadores del Gobierno capitalino repartieron cubrebocas y gel antibacterial.

También exhortaron a las personas a respetar la sana distancia, pero la gente, incluso más que el fin de semana anterior, llenó las banquetas. Trabajadores de la Secretaría de Turismo fueron desplegados para tomar temperatura y echar gel en miles de manos en los cruces peatonales más transitados, como el de la calle  16 de Septiembre. En comparación con la semana anterior se pudo constatar un mayor flujo de personas.

A la altura del Museo de la Ciudad de México la aglomeración de personas no cesó; sobre la calle República de El Salvador el comercio informal se colocó en la aceras y los negocios establecidos abrieron sus puertas de manera restringida.

Algunos locatarios optaron por colocar cinta amarilla en las entradas del local y colocar a un trabajador para que tomara los pedidos de los clientes.

Largas filas

Las hileras para ingresar a plazas comerciales se mantuvieron este fin de semana e incluso fueron levemente más largas en comparación con el miércoles, día que volvieron a abrir.  

En un recorrido en Parque Delta la fila era poco más de 30 personas, pero avanzaba rápido.

El personal de seguridad encargado de controlar el acceso reiteró que sólo entraba 30% de clientes, es decir, 500 personas.

En caso de que sobrepasaran el cupo estimado, tendrían que hacer un conteo, detener el ingreso de las personas, y comenzar a desalojarla, cosa que no sucedió.

José acudió a una  plaza al poniente de la Ciudad, pero no en busca de ropa o zapatos, sino para encontrar un empleo formal.

El centro comercial, a mediodía, lucía casi vacío. Después  de las 14:00 horas el panorama cambió: una larga fila en la entrada principal sobresalió, al igual que para entrar a locales de ropa y zapatos, mientras José seguía buscando.

Con información de: https://www.eluniversal.com.mx/

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