Cultura

Cada jueves, 27 mil personas presencian en línea los conciertos de la OSUANL.

Ciudad de México, 08 de julio del 2020.- La temporada 2020 Celebremos en Casa de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León (OSUANL) ha resultado mejor de lo planeado, sobre todo por el aprendizaje que ha significado para todo el equipo de trabajo tener que adaptarse a las plataformas digitales ante el cierre de auditorios y demás recintos culturales debido a la pandemia de Covid-19, señala Eduardo Diazmuñoz (1953, Ciudad de México), director de la agrupación.

Más de 27 mil personas (casi tres veces la capacidad del Auditorio Nacional) se conectan cada jueves a las distintas plataformas por donde se transmiten los conciertos, un número que ni con sala llena había imaginado la orquesta.

La OSUANL festeja así su 60 aniversario, inmersa en una aventura en línea que es un poco de locos, porque nadie se había aventurado a hacer lo que hacemos: tener suficiente música, que graban en sus casas los integrantes de la orquesta con tres o cuatro semanas de anticipación, lo necesario para ir armando los programas con tiempo, detalla Diazmuñoz en entrevista con La Jornada.

Añade que “la música está demostrando, ante esta crisis sanitaria tan tremenda, que no es superflua. Si en la primera línea de combate contra la pandemia se encuentra todo el personal de salud, en la segunda línea, sin duda, estamos nosotros, los músicos, y es un placer hacerlo.

En la orquesta trabajamos más horas que antes, pero el entusiasmo de todos los que nos hemos convertido en productores es algo que nos estimula al ver los resultados.

El último concierto presencial que dieron y ya ante un público reducido debido a las primeras noticias de la llegada del coronavirus a Monterrey fue el 12 de marzo. De inmediato el director envió una invitación a todos los integrantes de la OSUANL para que comenzaran a grabar música.

Un equipo de posproducción ensambla audios y videos para lograr resultados grupales; por ejemplo, con un quinteto de metales, dos ensambles de cuerdas o un cuarteto de alientos, así como con algunos dúos de arpa y flauta o piano y chelo.

Son más de 60 integrantes de la orquesta quienes, con invitados externos, han elaborado programas “atractivos y balanceados, para tener presencia cada semana. Es así como hemos retomado nuestro ritmo de trabajo normal, incluyendo las ruedas de prensa de los miércoles por la mañana y por la tarde el programa radiofónico de dos horas, donde presentamos más música, con algunos comentarios y entrevistas.

Pudimos rehacer nuestra realidad presencial en una realidad virtual, continúa Diazmuñoz, “para presentar, en vez de un repertorio sinfónico, un repertorio de cámara, en conciertos que duran máximo de una hora para no cansar a la audiencia.

“Hay muchísimo repertorio nuevo, incluso, lo confieso, muchas obras que no conocía, porque lo maravilloso ha sido que se trata de trabajo creativo de manera colectiva, porque la invitación fue que los músicos graben lo que quieran de cámara.

“Así descubrimos una versión para metales de Edvard Grieg de una suite que compuso para piano; o de Samuel Máynez Vidal, el compositor mexicano, que no sabía que había escrito tanta música para chelo (tiene 90 estudios, seis suites barrocas, es muy activo), o de Giovanni Battista Sammartini, una suite para viola.

“Llevamos seis programas, y la maravilla de los nuevos formatos es que los conciertos quedan grabados y disponibles en el canal de YouTube de la OSUANL (https://www.youtube.com/channel/UC4Bbwu6SITVqY54Be5dF1Lg). Ése es otro de los aprendizajes: sabemos que lo tenemos que hacer lo mejor posible. Los músicos somos muy neuróticos, siempre queremos alcanzar la perfección y hacemos nuestro mejor esfuerzo; entonces, esta nueva forma de hacer música nos permite ser autocríticos, pues podemos volver a visitar los conciertos.

“Para todos ha sido inédita la experiencia: aprendemos todos los días no sólo sobre cuestiones musicales, (sino) hasta de relaciones humanas, del trato con los otros y la logística, que ha ido mejorando.

“Estoy muy orgulloso de todo el equipo, sobre todo porque vemos la respuesta del público: de 3 mil vistas que tuvimos en el primer programa, subimos a 27 mil y pico, eso tan sólo en YouTube, sin contar nuestras otras redes sociales, y va in crescendo la audiencia. Nuestra sede física, el Teatro Universitario de la UANL, tiene 690 butacas, y de repente saber que nos ven más de 27 mil personas, dos veces y media el Auditorio Nacional, es muy satisfactorio.

La idea es volver al teatro en septiembre, pero siguiendo protocolos muy estrictos, por lo que nos estamos planteando no abandonar las transmisiones en redes sociales. Tenemos noticia de que la Filarmónica de Nueva York ya suspendió toda su temporada y comenzarán a trabajar hasta enero. Entonces, a grandes males, grandes remedios: nosotros seguiremos siendo coherentes con los tiempos que nos está tocando vivir. No vamos a exponer la salud ni la integridad de nadie, concluyó.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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