León XIV en Navidad: La paz de Dios nace de un sollozo acogido
Ciudad de México 26 de diciembre de 2025.- Roma amaneció, bajo una intensa lluvia que se cierne sobre la ciudad desde hace varios días, pero este clima adverso no fue un impedimento para que miles de personas se dirigieran a la Basílica de San Pedro para acompañar al Papa León XIV en su primera Navidad como Sumo Pontífice.
Debido a que la cantidad de fieles excedía los lugares disponibles en el templo, muchos siguieron la eucaristía desde la plaza a través de las pantallas gigantes. La ocasión tuvo, además, un componente muy especial, pues la última vez que un Pontífice había presidido la misa el mismo día de Navidad fue en 1994, con Juan Pablo II.
El Verbo se hace carne en el silencio
Durante su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre el misterio de la Encarnación, señalando que el Verbo de Dios se manifiesta paradójicamente sin saber hablar, como un recién nacido que solo llora. Explicó que esta «carne» representa la desnudez radical de quienes hoy carecen de palabra y dignidad.
Para el Pontífice, la Navidad nos arrebata de la indiferencia, recordándonos que el verdadero poder de ser hijos de Dios permanece enterrado mientras no escuchemos el llanto de los niños y la fragilidad de los ancianos.
El rostro de la fragilidad en el mundo actual
León XIV conectó este misterio con los dramas humanos del presente, mencionando las tiendas de campaña en Gaza expuestas al frío y la lluvia, así como a los desplazados y personas sin hogar en nuestras ciudades. Con especial énfasis, el Papa denunció las heridas de los conflictos actuales: «Frágil es la carne de las poblaciones indefensas, probadas por tantas guerras en curso o terminadas dejando escombros y heridas abiertas». Del mismo modo, lamentó la situación de los jóvenes en el frente, cuyas vidas son marcadas por «la insensatez de lo que se les pide y la mentira que impregna los rimbombantes discursos de quien los manda a morir».
