- Esta experiencia, bien aprovechada, podría convertirse en un punto de partida para fortalecer la democracia participativa en Hidalgo
Pachuca de Soto, Hidalgo, 11 de diciembre del 2025. – Aunque el proceso de revocación de mandato de la persona Titular del Poder Ejecutivo local no se completó, los obstáculos presentados dejaron lecciones valiosas que, si se atienden, podrían corregir las dificultades y fortalecer las futuras implementaciones de este instrumento de participación, indicó Guillermo Eduardo Lizama Carrasco, jefe del Área Académica de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El pasado 05 de diciembre cerró el plazo para reunir el 10% del listado nominal y continuar con las fases; de las firmas obtenidas, sólo se validaron 10 mil 92, es decir, apenas el 4% del umbral mínimo requerido. A pesar de ello, este ejercicio, planteado como la primera aplicación estatal de la herramienta enfrentó diversos obstáculos que impidieron alcanzar las 236 mil 529 firmas necesarias, entre ellos factores políticos, legislativos, institucionales y sociales.
Entre los principales tropiezos destacó un diseño institucional deficiente: el exceso de requisitos y barreras de acceso, como la exigencia de un porcentaje de apoyo tan alto que resultó desproporcionado y difícil de alcanzar, sobre todo sin estructuras sólidas, financiamiento suficiente ni un plan de movilización amplio; asimismo, hubo un vacío informativo y la ciudadanía no sabía cómo participar, dónde firmar ni cuáles eran los plazos, lo que dificultó que el ejercicio se llevara a cabo.
A esto se sumó la falta de voluntad política, evidente en que el mecanismo solo se promovió discursivamente y careció de respaldo operativo e institucional; las restricciones innecesarias, porque únicamente los promotores registrados podían recolectar firmas y, en un inicio, solo mediante una aplicación móvil. Esta decisión ignoró la brecha digital y terminó excluyendo a adultos mayores, pueblos y comunidades indígenas, así como a personas sin acceso a internet.
El investigador Garza señaló que el panorama se complicó aún más debido a la incertidumbre generada por posibles reformas electorales, como la coincidencia de este proceso con los comicios de 2027 y la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES). La combinación de estos factores no solo pone en duda quién operaría la revocación en el futuro, sino que podría convertirla en un acto de simulación destinado más a generar narrativa política que a ejercer un verdadero contrapeso democrático.
Para evitar que la ciudadanía pierda confianza en la democracia, Lizama Carrasco advirtió que es necesario revisar lo ocurrido, corregir errores, simplificar los requisitos, brindar información clara, pero sobre todo, garantizar apoyo político y recursos; solo así los próximos procesos de revocación podrán ser transparentes, inclusivos y efectivos.
