Entrega el Rector Lomelí 14 doctorados honoris causa
Ciudad de México, 19 de noviembre de 2025.-El rector Leonardo Lomelí Vanegas afirmó que ninguna forma de violencia o discriminación tiene cabida en la Universidad, institución que existe para materializar los sueños de las y los más jóvenes, así como para incentivar el pensamiento crítico.
Al entregar 14 doctorados honoris causa a personalidades nacionales y extranjeras quienes han realizado una labor extraordinaria para mejorar el bienestar de la humanidad, aseguró que pese a que el país entero y la comunidad universitaria han atravesado situaciones difíciles, experimentado pérdidas que duelen, amenazas que inquietan y debates que intentan dividir, la Universidad Nacional no se paraliza.
“La Universidad atiende, evalúa, corrige cuando es necesario y reafirma su disposición para establecer canales de comunicación, buscar la verdad y garantizar la seguridad de sus integrantes”, añadió en ceremonia solemne.
Dijo que no es una pausa, sino una respuesta clara ante las turbulencias y la incertidumbre y con la que se conmemoran las obras materiales e intelectuales de quienes generan conocimiento aplicado e impulsan la esperanza desde distintas latitudes.
Lomelí Vanegas impuso toga, birrete, muceta, y entregó medalla y diploma a: Dani Rodrik, Alejandro Portes, Antonio María Hernández, Soledad Alejandra Velázquez Zaragoza,y Una Canger. De igual forma a Susana López Charretón, Julio Frenk Mora, María Emilia Lucio y Gómez Maqueo, Moisés Eduardo Selman Lama, José Sarukhán Kermez, Rafael Yuste, Estela Susana Lizano y Dag Hanstorp.
La expresidenta Michelle Bachelet Jeria también fue investida vía remota, en la Casa Central de la Universidad de Chile, por la secretaria de Desarrollo Institucional, Tamara Martínez Ruíz, en representación del rector Leonardo Lomelí, y acompañada por la rectora, Rosa Devés.
Acompañado por la secretaria General de la UNAM, Patricia Dolores Dávila Aranda; la presidenta en turno de la Junta de Gobierno, Margarita Beatriz Luna Ramos; y el presidente de la Junta de Patronos, Mario Luis Fuentes Alcalá, el rector manifestó que la trascendencia de la Universidad no la exime de desafíos, que honrar el saber implica también proteger las instancias y las condiciones en donde este florece.
Asimismo, subrayó que la autonomía de nuestra Universidad no es aislamiento ni un privilegio, sino un atributo que nos permite servir con libertad y rigor. “En virtud de ello, siempre defenderemos la pluralidad, el intercambio libre de ideas, la manifestación de posturas, la expresión de las necesidades y el cumplimiento de la ley. Desde las diferencias, no cedemos ante la agresión injustificada ni la descalificación”.
En el patio del Palacio de Minería, Lomelí Vanegas agregó que la Universidad es un espacio de encuentro, un mosaico de miradas y un crisol de perspectivas que forman parte del patrimonio de la sociedad mexicana. “Por eso reiteramos que aquí se piensa, se contrastan posturas, se propone y se innova en beneficio de todas y todos”.
Abundó que las y los recipiendarios del doctorado honoris causa representan el diálogo fecundo entre humanidades, ciencia y cultura. Sus múltiples contribuciones confirman que la racionalidad no se limita a interpretar, sino que también aporta la certeza necesaria para actuar.
“Una institución de educación superior pública y autónoma se engrandece no por su infraestructura, sino por las personas que la hacen viva y por aquellas que reconoce como parte de su esencia. Por ello, es un honor que hayan aceptado ser parte de esta plural y vigorosa comunidad. Desde este momento, su legado se entrelaza con su centenaria historia y con el mañana que edificamos colectivamente”, sostuvo Lomelí Vanegas, en presencia de los exrectores Francisco Barnés de Castro, José Narro Robles y Enrique Graue Wiechers; así como del secretario de Salud federal, David Kershenobich; y la presidenta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Graciela Márquez Colín, entre otras personalidades.
Universidades públicas y cambio civilizatorio
Patricia Dolores Dávila leyó el mensaje que el exrector José Sarukhán Kermez preparó en nombre de los galardonados nacionales y en el que resaltó que las universidades, en especial las públicas, tienen un papel irremplazable en la formación de buenos profesionistas que hagan un cambio civilizatorio.
Este cambio, dijo, debe permitir pasar de la obsesión de mantener y acumular bienes materiales y triunfos personales, impulsados por economías consumistas e ignorando los límites planetarios, a promover otras formas de vida humanamente dignas y socialmente más igualitarias, basadas en el respeto y cuidado de la naturaleza.
“Recibir un doctorado honoris causa en este contexto lleva un compromiso que implica redoblar esfuerzos y seguir colaborando en la construcción de un mundo más justo, más igualitario y sustentable, no desde la arrogancia del saber, sino desde la escucha, el diálogo y la acción colectiva”, manifestó.
Sarukhán Kermez recalcó en su texto la excelencia de la UNAM en sus funciones sustantivas -docencia, investigación y difusión de la cultura-, su presencia nacional y aún fuera de las fronteras; así como su competencia en la movilidad social de sus estudiantes. “No hay, que yo sepa, ninguna universidad en el mundo que sea a su país lo que la UNAM es a México”.
Más adelante, en representación de los galardonados extranjeros, la lingüista danesa y estudiosa del náhuatl, Una Canger señaló que el doctorado honoris causa honra a los galardonados, y destacó la riqueza y la importancia cultural y social de México. Además, agradeció a los hablantes del náhuatl, en más de 10 estados, haberle ayudado en su trabajo.
Vía remota, Michelle Bachelet agradeció el reconocimiento que, subrayó, no es solo para ella, sino para el pueblo chileno, porque los dos países siempre han tenido una relación de solidaridad.
“México nos abrió los brazos en los momentos más oscuros de nuestra historia y por ello siempre le tendremos gratitud y cariño. ‘Por mi raza hablará el espíritu’, decía el rector José Vasconcelos, quien nos legó la convicción de que nuestros pueblos pueden dar vida a una cultura nueva basada en la esencia humana”, mencionó.
