Santiago, 16 de noviembre del 2025.- Este domingo, cerca de 15.7 millones de chilenos están convocados a votar de manera obligatoria en las elecciones presidenciales y legislativas, en las que no se definirá el sucesor de Gabriel Boric, sino que se definirá en una segunda vuelta el 14 de diciembre.
Una de las incógnitas es la participación de hasta 5 millones de jóvenes que nunca han votado, ya sea por desinterés o rechazo a la política, un fenómeno dominante en el país.
La favorita es Jeannette Jara, exministra del Trabajo y representante de una amplia coalición oficialista que abarca desde el Partido Comunista y el Frente Amplio hasta la antigua Concertación. Jara llega con cerca de 30 puntos de intención de voto, aunque su ventaja podría ser efímera, debido a la alta desaprobación al gobierno, que ronda el 70%, y a un clima social marcado por el retroceso conservador en la región.
Detrás de ella se ubica José Antonio Kast, republicano y exdiputado pinochetista, con alrededor de 22 puntos. Kast ha centrado su campaña en la seguridad y la delincuencia, portando chaleco antibalas y vidrio blindado en actos públicos, lo que le valió ironías de su rival sobre la desconfianza hacia el pueblo. Johannes Kaiser, youtuber y diputado de extrema derecha, se mantiene cerca de Kast con entre 18 y 20 puntos. Ambos han expresado admiración por Donald Trump y apoyo a una posible intervención estadounidense en Venezuela.
Evelyn Matthei, de la derecha moderada, llega con 14 puntos tras una campaña marcada por contradicciones y ataques digitales atribuidos a Kast.
La campaña ha estado dominada por el miedo a la delincuencia, la xenofobia hacia los migrantes —800 mil de los cuales podrán votar, principalmente venezolanos, peruanos y colombianos— y un debate sobre la economía, a pesar de un crecimiento del 2.5% en 2025 y un desempleo del 8.6%.
En la derecha se discute la estrategia para la segunda vuelta: mientras Kast y Kaiser insisten en apoyar al candidato que avance, Matthei expresó dudas sobre la unidad.
La elección legislativa será clave para el próximo gobierno, con indicios de que la derecha podría consolidar su presencia debido a la percepción negativa del gobierno de Boric.
