Entre lo efímero y lo auténtico: la paradoja del amor moderno
- El amor líquido se define por buscar la satisfacción inmediata, evitar los compromisos estables y cambiar la intimidad verdadera por emociones fugaces e intensas
Pachuca de Soto, Hidalgo, 14 de noviembre del 2025. – El amor líquido se ha convertido en un fenómeno característico de nuestra época, donde los vínculos sociales se vuelven tan desechables como los objetos de consumo, explicó Adrián Galindo Castro, profesor investigador del Área Académica de Sociología y Demografía del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
El docente Garza explicó que este término describe cómo las relaciones afectivas han cambiado en la modernidad, funcionando casi como productos de consumo que cumplen una función, se utilizan rápidamente y resultan reemplazables con facilidad. Esta lógica, marcada por la inestabilidad y la temporalidad, también ha influido en otros ámbitos de nuestra vida, como la ética, el trabajo y la ciencia.
La fluidez de los lazos afectivos se ha intensificado gracias a la influencia de la cultura pop contemporánea, ya que películas, series y canciones romantizan los encuentros fugaces, presentándolos como modelos que priorizan la experiencia inmediata, evitan compromisos formales y normalizan un amor efímero, centrado en la intensidad del momento y sin responsabilidades a largo plazo.
Galindo Castro indicó que esta transformación social se aceleró, principalmente, por plataformas como Tinder y las redes sociales, donde predomina la inmediatez, creando así la falsa sensación de que siempre existe alguien mejor esperando al siguiente clic, lo que genera una creciente dificultad para invertir emocionalmente en conexiones reales.
Como consecuencia directa, se avanzó hacia la paradoja de una sociedad hiperconectada, pero emocionalmente aislada, en la cual se observa que la cantidad de interacciones digitales reemplaza la calidad de los vínculos reales. Ahora los gestos humanos, como consolar en un duelo, se redujeron a mensajes prefabricados en redes sociales, a través de los cuales, en lugar de crear verdadera cercanía, se corre el riesgo de volver superficiales las experiencias más significativas.
En síntesis, el amor líquido es el resultado de cambios profundos en nuestra forma de vivir y trabajar, no solo una moda superficial. Sin embargo, el desafío actual consiste en aprender a navegar esta realidad con conciencia, discerniendo lo conveniente de lo significativo y lo efímero de lo auténtico, para no perder la capacidad de construir, con esfuerzo, los vínculos profundos que la humanidad sigue anhelando.
