El impacto de la comida chatarra: Estudio revela cómo altera la memoria en 4 días
Ciudad de México, 27 de octubre del 2025.- El impacto de la comida chatarra en el cerebro es mucho más rápido y directo de lo que se creía. Un estudio de la UNC School of Medicine de Carolina del Norte (Estados Unidos) ha demostrado que solo cuatro días consumiendo una dieta alta en grasas saturadas son suficientes para alterar la función de la memoria.
El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Neuron, identifica un mecanismo celular específico y demuestra que el daño neurológico precede a cualquier cambio físico visible, como el aumento de peso, abriendo una nueva ventana para la intervención temprana.
El cerebro, «secuestrado» por la grasa
La investigación se centró en el hipocampo, el centro de procesamiento de la memoria del cerebro. El equipo descubrió que la dieta alta en grasas provoca una reducción en el suministro de glucosa al cerebro. Esta repentina falta de «combustible» esencial afecta drásticamente a un grupo específico de células, las interneuronas CCK. Al ser privadas de la glucosa que necesitan, estas neuronas reaccionan volviéndose hiperactivas.
Esta tormenta de actividad anómala es suficiente para desregular y «descarrilar» los circuitos neuronales que nos permiten procesar y retener recuerdos.
«Sabíamos que la dieta y el metabolismo podían afectar la salud cerebral, pero no esperábamos encontrar un grupo tan específico y vulnerable de células cerebrales», explica el estudio.
Un daño en 96 horas
El aspecto más relevante de la investigación es la velocidad del efecto. En los modelos de estudio, la disfunción de la memoria apareció en solo 96 horas.
Este hallazgo refuta la idea de que los problemas neurológicos son una consecuencia tardía y a largo plazo de la obesidad o la diabetes. El cerebro, de hecho, es uno de los primeros órganos en reaccionar negativamente a la composición de la dieta.
Estos resultados se suman a la creciente evidencia que vincula las grasas saturadas con la neuroinflamación y la resistencia a la insulina en el propio cerebro, un factor de riesgo establecido para enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el Alzheimer.
El daño inicial es reversible
A pesar de la rapidez del impacto, el estudio ofrece una vía de solución. Los investigadores demostraron que el daño inicial era reversible en los modelos animales.
Al restaurar los niveles adecuados de glucosa en el cerebro, o mediante la implementación de periodos de ayuno intermitente tras la dieta alta en grasas, las neuronas hiperactivas se calmaron y la función de la memoria se corrigió.
«Este trabajo destaca cómo lo que comemos puede afectar rápidamente la salud cerebral y cómo intervenciones tempranas […] podrían proteger la memoria», afirma el estudio. La investigación continuará, pero sus conclusiones ya sugieren que las intervenciones dietéticas pueden ser clave para preservar la salud cognitiva.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/
