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Municipios de Veracruz han sido declarados zona de desastre 130 veces en 25 años

Ciudad de México, 18 de octubre del 2025.- Veracruz es el estado donde ocurren más desastres y al que se destina más presupuesto para atender a damnificados; sin embargo, durante los últimos seis años lo asignado del Fondo de Desastres Naturales para atender a damnificados e infraestructura dañada por lluvias e inundaciones representó la mitad de la cifra en que fueron calculadas las pérdidas. Expertos llaman a redoblar las acciones de prevención.

Durante los últimos seis años, los desastres por lluvias e inundaciones en esa entidad ocasionaron la muerte de al menos 107 personas, sin contar las 32 ocurridas durante las últimas dos semanas, con las que suman 139.

Declaratorias de desastre

De acuerdo con información del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), de 2000 a 2024, el gobierno federal emitió 782 declaratorias de “desastre natural” de las cuales 130, que representan 16.62% correspondieron a hechos ocurridos en territorio veracruzano. Le sigue Chiapas con 78 y Oaxaca, con 73.

En ese periodo, los municipios veracruzanos que han sido declarados más ocasiones como zona de desastre son Las Choapas, con 28; Minatitlán, 26; San Andrés Tuxtla, 23 y Santiago Tuxtla, 25.

Durante las últimas dos semanas, entre los municipios veracruzanos más afectados por inundaciones destacan Tuxpan, Álamo, Tihuatlán, Papantla, Poza Rica, Gutiérrez Zamora, Tecolutla, Nautla y Martínez de la Torre.

Entre 2000 y 2024, Tuxpan ha sido declarado zona de desastre 19 ocasiones; Álamo, 19; Tihuatlán, 16; Papantla, 16; Poza Rica, 20; Gutiérrez Zamora, 17; Tecolutla, 17; Nautla, 19 y Martínez de la Torre, 19.

En los últimos 25 años se han declarado zonas de desastre por lluvias atípicas en territorio veracruzano 105 ocasiones.

Muertos y costo de daños materiales

Según las cifras de los reportes anuales sobre el impacto socioeconómico de los principales desastres ocurridos en México del Cenapred, de 2019 a 2024, el costo de los desastres por lluvias e inundaciones suma más de 8,041 millones de pesos a precios corrientes anuales.

Destacan los años 2024, cuando el costo de los daños fue calculado en 2,820 millones de pesos; 2022, cuando se cuantificaron en 2,599 millones y 2020, cuando fueron de 1,413 millones.

En 2024 fallecieron 93 personas en ese tipo de hechos y fue la entidad donde más decesos se registraron por esa causa.

Ese año los daños más cuantiosos fueron los ocasionados en octubre por el ciclón tropical Nadine. Distintos fenómenos hidrometeorológicos dejaron como damnificados a 793,359 personas; resultaron dañadas 190,125 viviendas y 1,469 escuelas.

En 2022, el monto de los daños ocasionados por lluvias e inundaciones fueron los segundos más costosos del país, solo superados por los registrados en Oaxaca, que se calcularon en 6,386 millones de pesos.

Ese año la población afectada por las lluvias fue de 7,902 personas. 962 viviendas resultaron dañadas y 24 escuelas.

En 2020, los registros señalan 92,394 habitantes damnificados y daños en 10,085 viviendas, así como nueve escuelas y tres unidades de salud.

Presupuesto para atender damnificados

De 2004 a 2025, el gobierno federal destinó del Fondo de Desastres Naturales 42,246 millones de pesos a Veracruz para la atención de los damnificados y restaurar la infraestructura afectada.

Si se analiza cómo ha sido la asignación de recursos del Fonden a Veracruz en los últimos 22 años se observa que de 2020 a 2025 se han reducido considerablemente los montos por año.

En el sexenio del presidente Felipe Calderón, Veracruz recibió del Fonden 13,763 millones de pesos; en el del presidente Enrique Peña Nieto 19,489; en el del presidente Andrés Manuel López Obrador bajó a 4,424 millones de pesos y para 2025 el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum dispuso 1,475 millones de pesos.

Si se comparan los reportes de estimaciones de daños ocasionados por lluvias e inundaciones con los montos del gasto federal del Fondo de Desastres Naturales para esa entidad por año, llama la atención que en 2022 el costo de los desastres se estimó en 2,500 millones de pesos y se dispuso del citado fondo 131 millones; en 2023 los daños se calcularon en 988 millones y se enviaron 370 millones mientras que en 2024 los daños habrían sido de 2,820 millones y se enviaron 115 millones.

De 2019 a 2025 se destinaron del Fondo de desastres Naturales a Veracruz 4,424 millones de pesos.

Las huastecas constantemente padecen inundaciones

Las lluvias de las últimas dos semanas han causado severos daños también en Puebla, San Luis Potosí, Hidalgo y Querétaro, estados que junto con Veracruz comparten la llamada zona huasteca. Hasta el viernes pasado sumaban 72 muertos por las lluvias de las últimas dos semanas y permanecían como desaparecidas 48 personas.

San Luis Potosí

Durante las últimas dos semanas los municipios potosinos más afectados por inundaciones fueron Tanquián de Escobedo y San Vicente Tancuayalab.

Durante los últimos 25 años ha sido declarado zona de desastre Tanquián de Escobedo en siete ocasiones y San Vicente Tancuayalab en seis. En tanto Catorce en siete; Ebano, siete; Tamuín, seis; San Martín, seis; Tampacán, siete; Tampamolón, seis; Coxcatlán, cuatro; Aquismón, seis; El Naranjo, seis y Salinas, seis.

Puebla

En Puebla durante las últimas dos semanas, las lluvias afectaron con mayor severidad Tlacuilotepec, Pahuatlán, Naupan, Tlaxco, Zihuateutla, Francisco Z. Mena, Xicotepec de Juárez, Huauchinango, Chiconcuautla, Honey, Pantepec, Jalpan, Venustiano Carranza, Tumbadero, Tlapacoya, Hueytamalco, Teotlalco.

De esa entidad, durante los últimos 25 años, Xicotepec fue declarado zona de desastre en ocho ocasiones; Huauchinango, siete; Jopala, siete; Tlapacoya, 8; Tlaola, siete; Chiconcuautla, ocho; Zacatlán, siete; Tetela de Ocampo, siete; Xochitlán, siete; Zautla, siete; Zacapoaxtla, ocho; Tlatlauquitepec, ocho; y Hueyapan, siete.

Hidalgo

En Hidalgo las últimas dos semanas los municipios más afectados por inundaciones fueron Molango de Escamilla, Nicolás Flores, Calnali, Pacula, Chapulhuacán, Pisaflores, San Bartolo Tutotepec, Eloxochitlán, Huasca de Ocampo, Huautla, Tenango de Doria, Tepehuacán de Guerrero, Huehuetla, Tianguistengo, Tlahuiltepa, Jacala De Ledezma, Xochiatipan, La Misión, Yahualica, Lolotla, Zacualtipán de Ángeles, Metztitlán y Zimapán.

Durante los últimos 25 años San Felipe Orizatlán ha sido declarado zona de desastre siete ocasiones; Pisaflores, seis; La Misión, seis; Huautla, seis; Atlapexco, seis; Yahualica, seis; y Huazalingo, seis.

Querétaro

De Querétaro, en esos 25 años los municipios que más ocasiones han sido declarado zona de desastre son Amealco, San Juan del Río y Tolimán tres ocasiones cada uno.

Durante las últimas dos semanas las lluvias afectaron más severamente poblaciones de Pinal de Amoles y San Joaquín.

Debe ponerse el acento en la prevención de desastres

Para el doctor José Adolfo Ávila Ramírez, catedrático en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, en México el tema de la gestión del riesgo y la convivencia cotidiana con el peligro y la ocurrencia de catástrofes tiene un enfoque fisicalista, es decir que se atribuye a causas naturales la ocurrencia de desastres.

Sin embargo, llamó la atención en que, según el acuerdo internacional Marco Sendai para la Reducción de Riesgo de Desastres, aprobado en la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, celebrada en Sendai, Japón, en marzo de 2015, una reconstrucción post emergencia es un proceso multidimensional que rebasa las posibilidades técnicas

“No es nada más mirar la reconstrucción física o la reconstrucción de las infraestructuras, sino también recuperar y sanar los miedos, las dificultades sociales que hayan enfrentado las comunidades”.

En ese sentido, subrayó que la reconstrucción no implica hacer mejor las nuevas construcciones o volver al estado anterior, sino aprovechar la oportunidad histórica para corregir desigualdades, disminuir riesgos y construir una resiliencia colectiva.

México es un país que recurrentemente tiene desastres como terremotos y huracanes lo cual obliga a reflexionar en que la reconstrucción también es un acto político, histórico, cultural y ciudadano, donde la participación comunitaria es tan decisiva como la ingeniería o la planeación urbana.

Destacó que el acuerdo marco Sendai enfatiza comprender el riesgo de desastres, fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres, invertir en la reducción del riesgo de desastres para lograr resiliencia y mejorar la preparación ante desastres para una respuesta eficaz.

Desde su perspectiva, ante la fragmentación funcional de la administración pública, es necesario juntar lo que dice la ciencia y la academia, con lo que dicen los tomadores de decisiones y la política. “Todos actúan por su lado y no se toman decisiones de una mejor manera”.

Por su parte el académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Daniel Rodríguez Velázquez, expuso que los hechos evidencian que estamos ante una política pública fragmentada porque el Sistema Nacional de Protección Civil en los hechos opera desarticulado. “Hay pasmo institucional”.

Al no haber estrategia preventiva, las acciones están marcadas por el inmediatismo la búsqueda de soluciones lo más pronto posible. opinó.

Para el académico, dado que la ayuda del gobierno se dispersa de manera individualizada, las emergencias y los desastres no se conceptualizan como un problema social y colectivo, sino como un problema individual, como si se tratara de beneficios de los programas de Bienestar.

Eso es porque, indicó, la concepción que está detrás de esas acciones es la de individualizar a la sociedad y no reconstruir tejidos sociales y fortalecer capacidades colectivas.

Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/

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