Salud y Belleza

Vivir con dolor: una carga invisible que afecta el cuerpo y las emociones

Ciudad de México, 18 de octubre del 2025.- Por años, el dolor se ha entendido como una señal del cuerpo que indica que algo no anda bien. Pero detrás de esa sensación hay mucho más.

“El dolor no se siente, se interpreta”, de acuerdo con la doctora Griselda Collado, neurocirujana y subespecialista en cirugía de columna y terapia intervencionista del dolor. “No es solo una reacción física, sino una experiencia sensorial y emocional que el cerebro procesa de manera distinta en cada persona”.

Cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial del Dolor, una fecha para reflexionar sobre un padecimiento que no siempre se ve, pero que puede destruir vidas.

El dolor tiene rostro, emoción y consecuencias

De acuerdo con la especialista, el dolor involucra múltiples factores: fisiológicos, psicológicos y sociales. Su manifestación puede variar desde una molestia localizada- como la que produce una hernia de disco- hasta una sensación confusa y generalizada, como ocurre en enfermedades complejas como la fibromialgia.

“El dolor altera la movilidad, interfiere con el sueño y provoca fatiga constante”, explica la doctora Collado. “Pero también deja huellas profundas en lo emocional: tristeza, miedo, ansiedad y depresión son muy frecuentes en quienes viven con dolor crónico. Muchos pacientes sienten que han perdido el control sobre su cuerpo y su vida”.

Algunas personas incluso reportan problemas de concentración y memoria, así como aislamiento social. “Cuando el dolor es permanente, cambia la forma en que el cerebro percibe el entorno. El cerebro va a interpretar las señales de daño de manera distinta, desde diferentes».

Un problema de salud pública poco visible

El dolor crónico afecta entre el 25 y el 29% de la población mundial, según estimaciones internacionales. En México, sin embargo, no existen datos nacionales actualizados que midan su verdadero impacto.

Hasta 2020, el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México reportó que el 41.5% de los adultos mayores de 50 años reporta vivir con dolor, siendo más frecuente en mujeres (48.3%) que en hombres (33.6%). La prevalencia se incrementa con la edad.

El dolor, principalmente el crónico, representa una gran desafío tanto para quien lo padece como para quien lo rodea. La persona y todo su entorno puede verse afectado por el dolor en diferentes formas – físicamente, psicológicamente, socialmente y en su comportamiento3. El impacto depende de la severidad y la duración del dolor, de la tolerancia del individuo y de cómo es capaz de manejarlo.

El riesgo de automedicarse

Para la doctora Collado, el dolor también está mal abordado desde lo cultural. “En México existe la idea de que todo se resuelve con una pastilla”, advierte. “La automedicación es una práctica común y peligrosa, enmascarar un síntoma puede tener efectos adversos o causar reacciones».

“Tomar un analgésico puede aliviar momentáneamente, pero no resuelve el origen del dolor. Solo un especialista puede determinar qué hay detrás de esa señal corporal”, dice.

Con información de: https://www.sumedico.com/

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