Acoso de ICE: Alumnos hijos de mexicanos buscan nacionalidad
Ciudad de México, 04 de septiembre de 2025.- Debido a que muchos de los jóvenes nacidos en Estados Unidos, hijos de migrantes mexicanos, tienen miedo a las deportaciones masivas en la era Trump, la mayoría de ellos lucha por obtener la ciudadanía mexicana, de acuerdo con activistas del tema migratorio.
Elvira Arellano, activista en Chicago, mencionó que debido al temor de que sus padres sean deportados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), se ha documentado que “cada 14 horas un ciudadano estadounidense se naturaliza como mexicano, ante las duras políticas migratorias”.
- El Dato: los hijos de indocumentados tienen derecho a ir a la primaria y secundaria. Las leyes exigen que todos los niños asistan a la escuela, independientemente de su situación migratoria.
Javier Calzada, otro migrante mexicano y quien es activista de Héroes Migrantes, dijo que “lamentablemente, dos de cada cinco estudiantes han dejado las aulas por temor a ser deportados”. Aseguró que es muy preocupante, ya que Estados Unidos se constituye en sus nuevas generaciones por muchos estudiantes cuyos padres mexicanos han sido deportados.
“Estos estudiantes, a menudo ciudadanos estadounidenses, enfrentan desafíos significativos al adaptarse a la vida en México, incluyendo barreras idiomáticas, diferencias en el sistema educativo y la dificultad de reencontrarse con sus familias en Estados Unidos”, dijo.
Elvira Arellano apuntó que hay riesgos y retos para los estudiantes que se han quedado sin el apoyo de sus tutores, ya que muchos de ellos tienen dificultades para entender el idioma español y las normas del sistema educativo mexicano, lo que puede afectar su rendimiento académico y generarles frustración.
- 100 campus vigilan los padres ante redadas del ICE
“La deportación de los padres lleva a la separación familiar y algunos estudiantes luchan por reunirse con ellos. La experiencia de la deportación puede generar trauma, ansiedad y estrés en los estudiantes, afectando su bienestar emocional y psicológico. Nosotros, a través de colectivos, tratamos de brindarles apoyo, pero muchos de ellos no hablan el español; ellos nacieron aquí en este país”, dijo.
Ambos activistas coincidieron en que algunas organizaciones y escuelas están implementando programas para apoyar a los estudiantes y facilitar su adaptación al nuevo entorno educativo y social, y dijeron que, como método preventivo, “es fundamental que los padres mexicanos que tienen hijos nacidos en EU tramiten la nacionalidad mexicana para sus hijos, lo que les permitirá acceder a los servicios y derechos que les corresponden. Los estudiantes y sus familias pueden buscar asesoramiento legal para entender sus derechos y opciones, así como apoyo emocional para afrontar la situación”.
Señalaron que, en resumen, la situación de los estudiantes con padres mexicanos deportados es compleja y requiere un enfoque integral que incluya apoyo educativo, emocional y legal para ayudarles a superar los desafíos, ya sea en su país, EU, o bien, construir un futuro en México.
En el regreso a clases en Estados Unidos, tras unas largas vacaciones de verano, las escuelas se han visto afectadas con una menor asistencia, un aumento de la ansiedad entre las familias inmigrantes y nuevos retos para los administradores y profesores, quienes ahora en algunos estados alertan al alumnado de la presencia del ICE.
Maite Manjarrez, quien forma parte de una asociación de padres de familia en California, dijo que, debido a que la administración de Donald Trump le dio fin a la política de “lugares sensibles”, que protegía las escuelas y otros espacios, y ha impulsado la actividad del ICE, las comunidades son quienes se han organizado, en solidaridad con los niños que han quedado sin tutela por estas medidas.
“Como respuesta, muchos estados y distritos actualizaron o introdujeron políticas llamadas ‘zonas seguras’ para proteger el acceso a la educación, guiándose por las leyes federales y estatales, y la decisión del Tribunal Supremo de 1982 en el caso Plyler V. Doe, la cual garantiza a todos los niños, independientemente de su estatus migratorio, el derecho a la educación pública; así es como se ha difundido”, refirió.
La activista comentó que estas políticas se han vuelto el foco durante el reciente regreso a clases, ya que para las comunidades son una prioridad, así como para las instituciones, el derecho a la educación de los niños de familias inmigrantes.
“Ya se trabaja en la protección de los niños, con policías escolares, agentes municipales y voluntarios para delimitar las llamadas ‘zonas seguras’ en alrededor de unos 100 campus, especialmente los que tienen alta población latina”, dijo.
Con información de: La Razón