Cuestionan a DEA por proyecto Portero; señalan protagonismo y montaje político
Ciudad de México, 22 de agosto de 2025.- Especialistas en seguridad expresaron dudas sobre la efectividad real del proyecto Portero, presentado por la Administración para el Control de Drogas (DEA) como un nuevo esquema de cooperación en materia de seguridad entre México y Estados Unidos, contra el crimen organizado.
Consultados por La Razón, coincidieron en que se trata de un plan que repite “fórmulas fallidas” y que, además, podría vulnerar la soberanía mexicana.
- El Dato: El proyecto busca enfrentar a los traficantes de drogas y a sus “guardianes” en las diversas rutas que utilizan para introducirlas a territorio estadounidense.
Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, fue tajante al calificar el plan de un “montaje político” impulsado por Donald Trump, pues“todas las medidas que él ha hecho para combatir las drogas es puro show, puro circo. Irse contra las personas del más bajo rango en los cárteles no va a tener impacto; los pueden reemplazar en una hora. Esto es una pérdida de dinero y no va a tener nada de impacto, es puro teatro”.
El experto también cuestionó la capacidad de los actuales mandos de la agencia: “En los puestos de diferentes agencias y su gabinete, todos son ineptos. Yo no te puedo decir que hay alguno que es bueno, ninguno es capaz. Y eso es lo que lleva a errores como anunciar la participación de México sin coordinación previa, una falta de respeto que daña las relaciones necesarias para combatir el narcotráfico”.
- 55 capos del narco ha enviado México a EU este año
- 6 cárteles mexicanos fueron designados terroristas por EU
Para Javier Oliva, académico de la UNAM, la DEA suele caer en protagonismos mediáticos, como ya ocurrió en casos polémicos: el fracaso de Rápido y Furioso, la arbitraria detención del general Salvador Cienfuegos y las sustracciones ilegales de capos en territorio mexicano”, dijo.
Subrayó que incluso en EU la agencia es vista con recelo, pues en la actualidad “tiene un prestigio muy cuestionado, incluso en su propio país”.
Subrayó que después de haber hecho el anuncio y los cuestionamientos de la Presidenta, la DEA se vio obligada a eliminar la publicación: “Aquí lo que vemos es más protagonismo que resultados”.
Abraham Serrano, también especialista en temas de seguridad, expuso que el proyecto es en realidad una evolución de planes previos, como el llamado Prometeo, enfocado en vigilancia transfronteriza con apoyo del centro de inteligencia EPIC, en Texas.
“De nada sirve tener una valla gigantesca y mandar soldados a la línea fronteriza si kilómetros más adentro es donde hierve la actividad del crimen organizado. El proyecto Portero busca ir contra esas personas, pero la clave está en cómo se articula. Si no se aterriza en un tratado internacional, lo demás son acuerdos frágiles que pueden romperse en cualquier momento”, explicó.
También apuntó a los vacíos legales que rodean el esquema de cooperación, en medio de una constante presión de EU, hasta el punto en que “se han realizado entregas de capos que en realidad violentan la Constitución mexicana. La extradición se ha vuelto un proceso obsoleto frente a la práctica de entregas exprés. Un tratado internacional podría dar certeza, establecer hasta dónde pueden operar las agencias de EU y cómo se garantiza que la soberanía mexicana no sea vulnerada”.
David Saucedo, consultor en seguridad, coincidió en que el programa Portero no es un plan nuevo, sino un esquema que ya había operado de manera encubierta en México bajo otro nombre.
“La DEA realizaba labores de geolocalización e inteligencia para ubicar a capos y después pasaba la información a unidades mexicanas de élite, como la Marina. Así se logró, por ejemplo, la captura de Joaquín El Chapo Guzmán”, detalló.
Desde su perspectiva, el problema “es que la DEA rompió la regla del sigilo al hacerlo público, y eso generó una descortesía política con el Gobierno mexicano”.
Subrayó que detrás del diferendo también hay un cálculo político de la Presidenta Sheinbaum: “Ella trata de proyectarse como defensora de la soberanía nacional, un discurso que conecta muy bien con la sensibilidad histórica de México frente al intervencionismo estadounidense. La DEA no entendió esa idiosincrasia y apostó por un golpe mediático que terminó siendo contraproducente”.
Para los cuatro especialistas, Portero revela más sobre las tensiones entre Washington y México que sobre una estrategia real de combate al narcotráfico. Aunque todos reconocieron que la cooperación bilateral en seguridad existe desde hace décadas, advirtieron que sin un marco jurídico sólido y bilateral, el programa corre el riesgo de convertirse en una reedición de la Iniciativa Mérida o del Plan Bicentenario, que en su momento fueron presentados como proyectos ambiciosos y terminaron sin cumplir sus objetivos.
Con información de: La Razón