Colaboraciones

Acercando los Objetivos de Desarrollo Sostenible a los ciudadanos

M.E.R Joaquín García Galván / La Agenda 2030 que contiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 2015, ha sido concebida como una Agenda ambiciosa y universal, que pretende sentar las bases para transitar hacia modelos de desarrollo incluyentes y sostenibles, tanto a nivel nacional como internacional. En su resolución los países firmantes reconocieron estar resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e incluyentes, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales. Es una Agenda, por tanto, compleja y comprehensiva, pensada desde y para un mundo cada vez más globalizado y diverso, con importantes fracturas sociales y desafíos en los ámbitos climáticos, demográficos y productivos que requieren urgente respuesta. Para su elaboración se movilizó a más de 5 millones de personas, que participaron en Conferencias intergubernamentales, paneles de expertos y grupos de trabajo específicos, al tiempo que se pusieron en marcha consultas ciudadanas regionales, nacionales y sectoriales. Es, pues, una Agenda construida a partir de un proceso de amplia participación social.

Los ODS se plantean como una Agenda de Desarrollo integral que convoca a un esfuerzo compartido de transformación de todos (países desarrollados y en desarrollo), basado en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Se pretende, por tanto, promover una acción colectiva de calidad a escala internacional que haga frente a los problemas globales y dote de legitimidad democrática a las respuestas políticas en diversos niveles de gobierno.

Para hacer efectiva una Agenda como la descrita se requerirá una movilización de recursos y medios de apoyo sin precedentes; al tiempo que es obligado estimular la innovación y los procesos de aprendizaje para afrontar problemas frente a los cuales carecemos de respuestas. Los cambios que se demandan trascienden los meros ajustes técnicos y afectan a los patrones de consumo y producción de las sociedades y a sus pautas de comportamiento y organización social, por ello las alternativas deben ser construidas con una amplia participación y apoyo social, buscando la colaboración de todos los agentes sociales mediante redes y alianzas de trabajo en común.

Las grandes preguntas que nos debemos hacer como sociedad respecto a las Agenda 2030 son:

¿Se trata realmente de una Agenda transformadora? ¿Da respuesta a las necesidades que se derivan de la necesaria transición hacia estrategias de desarrollo incluyente y sostenible? ¿Se han puesto los medios para asegurar el respaldo que la Agenda requiere? ¿Cómo juzgar los resultados de la Agenda?  ¿Cómo puede movilizarse la ciudadanía? ¿Cómo garantizar el seguimiento y la rendición de cuentas en los distintos niveles en que operan las instituciones responsables de implementar la Agenda?

Pensar Globalmente, Actuar Localmente.

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