De Tonantzin a la Virgen de Guadalupe: un símbolo de fe e identidad mexicana
- “Siempre que podamos defender los elementos que nos dan identidad, vale la pena destacarlos como parte de nuestra cultura”, explicó Sergio Sánchez Vázquez, docente Garza
Pachuca de Soto, Hidalgo, 30 de diciembre del 2025. – Pese a las distintas interpretaciones sobre su origen, la Virgen de Guadalupe se ha convertido en un símbolo de identidad mexicana, pues su imagen refleja valores que han acompañado a la población desde la época colonial y es admirada incluso en el extranjero, explicó Sergio Sánchez Vázquez, profesor investigador del Área Académica de Antropología e Historia de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Los primeros registros de su presencia se remontan a 1531, año en que la tradición sitúa las apariciones a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, donde hoy se encuentra la Basílica; sin embargo, este lugar ya era un sitio de culto relevante desde el periodo mexica, porque se veneraba a la diosa Cihuacóatl, también llamada Tonantzin, asociada a la vida, la muerte, la fertilidad y la protección de las mujeres en el parto.
Como en la cosmovisión prehispánica las deidades podían manifestarse de diferentes formas, como fusionarse entre ellas, dividirse o adoptar forma humana y mostrarse como niños, jóvenes o adultos, estas características facilitaron que los españoles pudieran introducir la figura de la Virgen durante la evangelización, pues su flexibilidad y familiaridad con la diversidad de las divinidades hacía que fuera fácilmente aceptada.
Con el paso del tiempo, los valores de protección, maternidad, cobijo y esperanza, junto con la semejanza física con los mexicanos, consolidaron a la Virgen de Guadalupe como una figura representativa del pueblo mexicano. Además, durante la independencia de México en 1810, Miguel Hidalgo la tomó como estandarte, transformándola en una representación de lucha y cohesión social que aún refleja el sentido de pertenencia y el vínculo emocional de las comunidades.
Desde aquella época hasta la actualidad, su imagen acompaña a millones de personas a lo largo de la vida y en sus oraciones, y por ello siguen vigentes tradiciones en su honor, como las peregrinaciones del 12 de diciembre. Aunque las opiniones sobre su origen o sus milagros puedan estar divididas, es innegable que representa un símbolo de identidad en México y en el mundo, por lo que el investigador Garza invita a valorar los elementos que fortalecen ese sentido de pertenencia.
