Tecnologia

Tormenta geomagnética global, sin daños graves en México

Durante la noche del 11 de noviembre se registró, como resultado del arribo de una eyección de masa coronal proveniente del Sol; fue monitoreada por el SCIESMEX de la Universidad Nacional

Roberto Gutiérrez Alcalá    Nov 13, 2025

De acuerdo con el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX), de la UNAM, durante la noche del pasado martes 11 de noviembre se registró una tormenta geomagnética global severa, como resultado del arribo a la Tierra de una eyección de masa coronal (EMC) proveniente del Sol, el cual se ubica a unos 150 millones de kilómetros de distancia.

El evento, que viajó a una velocidad de entre 700 y 800 kilómetros por segundo, fue pronosticado con antelación por el Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE/SCIESMEX) y comunicado oportunamente a través de los canales oficiales de la UNAM y la Coordinación Nacional de Protección Civil.

“Uno de los efectos de la entrada de partículas solares en la atmósfera terrestre es la aparición de auroras boreales. Antier en la noche se reportó, en las redes sociales, el avistamiento de estos fenómenos naturales extraordinarios en varios estados del norte del país, como Baja California, Sonora, Nuevo León y Chihuahua”, dijo Juan Américo González Esparza, responsable del SCIESMEX, del Instituto de Geofísica (IGf), con sede en el campus Morelia de la UNAM.

Sin embargo, las tormentas geomagnéticas también causan fallas en sistemas tecnológicos estratégicos, como los satélites, las telecomunicaciones, los sistemas de posicionamiento global, la navegación aérea y las redes de transmisión y generación de energía eléctrica.

 

“Por eso, la UNAM creó, como parte del IGf, el SCIESMEX, cuyos integrantes nos dedicamos a monitorear, con el apoyo de redes de instrumentos, la actividad solar en el entorno espacial de la Tierra y a analizar los efectos que produce en el territorio nacional”, agregó González Esparza.

Alertas

En 2014, la Ley General de Protección Civil fue modificada para que el Sistema Nacional de Protección Civil pudiera alertar a las autoridades y a la población en general sobre la ocurrencia no sólo de sismos y huracanes, sino también de tormentas geomagnéticas.

“Cuando se corren riesgos por una tormenta geomagnética o estamos midiendo los efectos de un evento intenso, como el de la noche del 11 de noviembre, nos comunicamos de inmediato con el Centro Nacional para la Prevención de Desastres y la Coordinación Nacional de Protección Civil, y les proporcionamos la información que hemos recabado. A su vez, éstos se comunican con los responsables de las telecomunicaciones, de la navegación aérea y de la Comisión Federal de Electricidad, para que tomen las medidas pertinentes”.

Según González Esparza, al llegar al entorno de la alta atmósfera terrestre, las partículas solares de una tormenta geomagnética pueden dañar algunos componentes de los satélites, como sus celdas solares, degradar –o incluso anular por completo durante algunas horas– las telecomunicaciones en alta frecuencia, que son utilizadas por Protección Civil y la navegación aérea, así como propiciar errores en los sistemas de posicionamiento global.

“Y, evidentemente, esto puede causarles afectaciones económicas muy importantes a todos los países, incluyendo el nuestro, claro. Ésta es la razón por la cual nos preocupan y monitoreamos las tormentas geomagnéticas”, indicó.

Evento Carrington

Dicho evento que ocurrió en la noche del 11 de noviembre no fue extremo; no obstante sí significativo, como los que se presentaron en mayo y octubre del año pasado.

“Recordemos que la tormenta geomagnética del 10 de mayo de 2024, conocida como la del Día de las Madres, produjo auroras boreales en casi la mitad del territorio nacional”.

Por lo que se refiere a internet, González Esparza considera que esta red informática mundial podría verse afectada únicamente si se presentara un evento extremo, como el Carrington.

“Esta tormenta geomagnética ocurrió el 1 de septiembre de 1859. Y como fue un evento extremo, produjo auroras boreales en todo el planeta, incluso en el Ecuador. Pero en el siglo XIX no había internet, satélites, sistemas de posicionamiento global ni redes de energía eléctrica. Ahora bien, si volviera a presentarse un evento extremo como el Carrington, las redes de energía eléctrica también podrían colapsar y generar un apagón global. De ahí la necesidad de monitorear todas las tormentas geomagnéticas”.

Cada 11 años

A decir de González Esparza, cada 11 años, aproximadamente, el Sol tiene una temporada de tormentas geomagnéticas.

“El año pasado, el Sol alcanzó el máximo punto de lo que llamamos el ciclo de actividad solar, cuando dichas tormentas son más frecuentes. Y esperamos que éstas sigan dándose el próximo año. Posteriormente, el Sol empezará a apaciguarse, hasta quedarse ‘dormido’ alrededor del año 2030, para luego ‘despertar’ de nuevo”.

Cabe apuntar que el LANCE/SCIESMEX brinda al público en general información acerca de la ocurrencia de tormentas geomagnéticas y sus efectos en México (la dirección de su página en Facebook es https://www.facebook.com/sciesmex?locale=es_LA; y la de su página en X, https://x.com/SCiESMEX).

“Resulta importante señalar que, ante la ocurrencia de una tormenta geomagnética, tenemos que buscar fuentes de información oficiales. Como ya sabemos, hay mucha desinformación en las redes sociales. Las tormentas geomagnéticas no están relacionadas con los sismos, los huracanes o el calentamiento global. Tampoco tienen efectos sobre la salud de los seres vivos. Nos preocupan porque afectan sistemas tecnológicos estratégicos”, concluyó.

[Ayer se esperaba otra tormenta geomagnética en la Tierra; sin embargo, no fue posible incluir información al respecto en la presente nota, porque ésta se cerró a las 20 horas para que pudiera salir publicada hoy].

*Con información de Gaceta UNAM

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