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Bolivia acude hoy a urnas con la derecha al frente en sondeos

17 de agosto del 2025.- Hoy los bolivianos acuden a las urnas en unas elecciones generales que, de confirmarse las previsiones de las encuestas, pondrán fin a 20 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) que fundó Evo Morales.

Este país de 11.3 millones de habitantes, con fuerte presencia indígena, elegirá presidente, vicepresidente y miembros de la Asamblea Plurinacional en medio de una profunda crisis económica, hastiado por la falta de dólares, combustible y alimentos, con una inflación de 25 por ciento –la mayor desde 2008– luego de casi dos décadas de bonanza económica apoyada en la explotación de hidrocarburos y pese a tener la mayor reserva mundial de litio, aunque con muy baja producción.

Dos candidatos –entre los ocho aspirantes– encabezan las encuestas de intención de voto y se prevé que compitan en una segunda vuelta el 19 de octubre: el millonario Samuel Doria Medina, de 66 años, y el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) de 65 años, quien sucedió en el cargo al ex dictador y posteriormente mandatario democrático Hugo Bánzer Suárez, tras su muerte, a quien acompañó como vicepresidente (1997-2001).

Ambos prometen el fin del modelo económico de corte estatal del MAS y resolver la crisis económica mediante un plan de choque muy similar, basado en un recorte drástico del gasto público y el desmonte progresivo de los millonarios subsidios.

Salir del “estatismo y tener una economía capitalista” son parte del plan de Doria Medina, mientras Quiroga habla de un Estado “promotor de la iniciativa privada”.

Una “gran mayoría quiere el cambio porque está cansada de esta política del socialismo”, afirma Freddy Millán, ingeniero de 53 años que vive en la ciudad de Santa Cruz.

La izquierda, sin opción

La izquierda se encamina hacia su peor fiasco en las urnas desde que ascendió a la presidencia con Morales (2006-2019).

En 1982, la lucha de los movimientos políticos y sociales bolivianos logró la recuperación de la vía democrática y la celebración de las primeras elecciones nacionales después de un largo periodo de dictaduras militares, que dejaron cientos de muertos y víctimas de prisión política, tortura y exilio. Ascendió al gobierno la coalición de izquierda Unión Democrática y Popular (UDP) encabezada por Hernán Siles Suazo.

La UDP enfrentó una grave crisis económica que determinó el acortamiento de su mandato y la convocatoria a una nueva elección que ganó Víctor Paz Estenssoro, quien implementó en 1985 una política de ajuste económico de corte neoliberal, respaldada por el Fondo Monetario Internacional y con un fuerte costo social.

En la década de los 2000 irrumpieron en el escenario político nuevos actores y movimientos sociales con demandas puntuales.

En abril de ese año tuvo lugar en Cochabamba la denominada Guerra del Agua contra la privatización de ese recurso y bajo el liderazgo de organizaciones locales. También ese año el líder de la confederación campesina, Felipe Quispe El Mallku encabezó una serie de bloqueos de caminos en el altiplano en contra de la ley de tierras impulsada por el Poder Ejecutivo y que mantuvieron asediada la sede de gobierno. Asimismo, en el Chapare surgió el movimiento cocalero liderado por Evo Morales, con la demanda de legalizar la producción y comercialización de la hoja de coca.

Estos movimientos y liderazgos confluyeron en octubre de 2003 en otra demanda común: la defensa del gas bajo amenaza de privatización por el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003), que dio lugar a la llamada Guerra del Gas en la ciudad de El Alto y terminó con la expulsión del presidente, exiliado desde entonces en Estados Unidos. Al menos 80 personas fueron asesinadas por las fuerzas gubernamentales y más de 400 resultaron heridas durante la represión de aquellas movilizaciones.

Ascenso del líder cocalero

Morales se presentó por primera vez a una elección general en 2002, siendo dirigente de los productores de coca y diputado nacional, en la cual obtuvo 20.94 por ciento de apoyo popular y se constituyó en la segunda fuerza política, frente al vencedor Sánchez de Lozada.

En la elección de 2005, que siguió al periodo de sucesión constitucional luego de la huida del presidente, Morales consiguió un histórico 53.7 por ciento de los votos, la mayor votación obtenida por la izquierda boliviana en una elección, luego de que en 1982 la UDP alcanzó un 34 por ciento de los votos y el partido Socialista Uno, 7.65 por ciento.

El presidente Evo Morales (2006-2019) cristalizó, durante su primer periodo, demandas de equidad social no resueltas desde la Revolución de 1952 (liderada por Víctor Paz Estenssoro), demandas de participación democrática pendientes desde 1982 y las luchas contra el neoliberalismo a partir de 2000.

En 2016, impulsó una propuesta de modificación constitucional para hacer posible su cuarta relección, pero fue rechazada en un referendo. Aún así, Morales consiguió que el Tribunal Constitucional autorizara su participación en los comicios de 2019, decisión que motivó el cuestionamiento del proceso electoral por diversos sectores de oposición.

La interrupción en la transmisión de los resultados rápidos el día de la elección desató denuncias de fraude en las urnas, protestas y enfrentamientos que dejaron al menos 37 muertos y más de 400 heridos.

Morales no terminó su mandato, abandonó el país y se exilió en México, tras acusar a las fuerzas de derecha de haber orquestado un golpe de Estado apoyado desde Estados Unidos, que concluyó con la designación de la senadora opositora Jeanine Añez como presidenta.

Una vez retomado el curso democrático, en las elecciones de 2020 y al no poder seguir como candidato debido a las restricciones de la Constitución, el dirigente cocalero apoyó el triunfo de su ex ministro de Finanzas, Luis Arce, quien devino su adversario.

En los años recientes, la pugna Morales-Arce creció y dinamitó al MAS; el conflicto profundizó la crisis económica con violentas jornadas de bloqueos de carreteras y melló la popularidad de los representantes de esa corriente política en las elecciones de 2025.

El senador y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, ex delfín de Morales, tiene 5.7 por ciento de apoyo según las encuestas; el candidato del oficialismo, el ex ministro de Gobierno de Luis Arce, Eduardo Del Castillo, figura con uno por ciento de apoyo; mientras la alcaldesa de El Alto y ex senadora del MAS, Eva Copa, retiró su candidatura 19 días antes de la votación, cuando las encuestas le daban 0.3 por ciento de respaldo popular.

Morales, quien vive refugiado en el Chapare para eludir una orden de arresto en un juicio por supuesta trata de menores, no llegó a inscribir su candidatura y llamó al voto nulo. El operativo de seguridad en estas elecciones incluye un despliegue especial en esa zona, ante amenazas que podrían entorpecer el desarrollo de la elección.

Esta noche, a las nueve horas, se transmitirán los resultados preliminares con base en 80 por ciento de las actas, un procedimiento que el órgano electoral suspendió en 2020 por las dudas de transparencia que generó la experiencia de 2019.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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