El café engaña al cerebro: «no te da energía, sólo tapa las señales de que la necesitas»
Madrid, 07 de agosto del 2025.- Durante años, millones de personas han comenzado el día con una taza de café como si fuera una fuente infalible de energía. Sin embargo, detrás de esa aparente vitalidad hay un mecanismo cerebral más complejo y, en cierto modo, engañoso. La divulgadora científica y experta biomédica Sandra Ortonobes, conocida como La Hiperactina, explicó en uno de sus videos más recientes por qué el café no da energía, como suele creerse, sino que simplemente enmascara el cansancio real.
Según detalla, todo empieza con la adenosina, una sustancia que el cerebro produce de forma natural conforme pasan las horas despiertos. Su función es clara: acumularse progresivamente para inducir la sensación de sueño y avisar de que es momento de descansar. Pero ahí entra en juego la cafeína.
La cafeína tiene una forma muy parecida a la de la adenosina, explica Ortonobes. Se cuela en sus receptores e impide que la adenosina haga su trabajo. Tu cerebro deja de detectar el cansancio, aunque sigas agotado por dentro. Por eso, aunque uno se sienta repentinamente más alerta, esa energía no es real: no se han repuesto las reservas físicas, sólo se ha silenciado la alarma del cuerpo.
¿Qué dice la ciencia sobre este efecto? Esta explicación coincide con lo que recoge el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación (Eufic), que detalla cómo la cafeína, al bloquear los receptores de adenosina en el cerebro, estimula la activación neuronal y provoca la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina. Este proceso es lo que genera la sensación de estar más despiertos y concentrados, aunque el cuerpo siga necesitando descanso.
Además, el Eufic subraya que los efectos de la cafeína pueden mantenerse durante horas, dado que su vida media en el cuerpo es de unas cinco horas. Esto significa que, tras consumir una taza de café, los efectos estimulantes pueden tardar en desaparecer, lo que puede alterar los ritmos naturales de sueño si se consume a horas tardías.
El bajón de cafeína
El bloqueo temporal de la adenosina no hace que desaparezca su acumulación, sino que la retrasa. Por eso, cuando la cafeína se metaboliza y sus efectos desaparecen, esa adenosina acumulada actúa de golpe, provocando lo que muchos reconocen como el bajón del café. Cansancio, falta de concentración o incluso somnolencia repentina pueden ser algunas de sus manifestaciones.
Y si el consumo es habitual, también puede haber dependencia. Diversos estudios científicos, como una revisión publicada en Psychopharmacology, respaldan que el consumo habitual de cafeína puede generar cierta dependencia. Dejarla de forma brusca puede provocar síntomas de abstinencia como irritabilidad, fatiga o dolor de cabeza.
Entonces, ¿el café es malo? No necesariamente. El Eufic aclara que, en personas sanas, un consumo moderado de cafeína –hasta 400 miligramos al día, lo que equivale a cuatro tazas de café filtrado– puede ser parte de una dieta saludable. Incluso puede ofrecer beneficios en la concentración, el estado de alerta o el rendimiento físico. No obstante, el consumo excesivo o inadecuado, especialmente en personas con sensibilidad o problemas de salud, puede acarrear efectos secundarios.
Con información de: Eurpa Press