Julietta Beas: ser parte del Coro de Madrigalistas del INBA, con 87 años de historia
Ciudad de México, 14 de julio de 2025.- A Julietta Beas la mueve la música, pero también el impulso de hacer más accesibles las artes en México. Originaria de Tepic, Nayarit, encontró su camino en el canto desde que tenía 7 años, cuando se integró a un coro infantil local. Hace una década decidió mudarse a la Ciudad de México para continuar con su formación en canto operístico y buscar nuevas oportunidades, ya que en su estado natal eran escasas.
Hoy, forma parte del Coro de Madrigalistas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), un ensamble con 87 años de historia que ha sido clave en la difusión del repertorio coral en el país. Desde ahí, Julietta canta obras que abarcan distintos periodos y estilos.
“Es una de las agrupaciones más antiguas del país. Cantamos danzón, mambo, música brasileña, música nigeriana… Estos son los últimos programas que hemos hecho. Uno es completamente contrario al anterior y creo que eso es lo más divertido”, cuenta en entrevista con La Jornada.
Fundado en 1938 por Luis Sandi, el ensamble busca llevar el arte coral a escuelas de todos los niveles, teatros y salas de concierto. “No nos dedicamos a las grandes sinfonías ni a la música orquestal ni a la ópera (…). Ofrecemos una variedad infinita (de géneros musicales) y estamos preocupados porque el público se acerque a nosotros y pueda consumir nuestros conciertos de forma amable”, dice.
Actualmente el Coro de Madrigalistas está conformado por 30 personas: 28 cantantes, un pianista acompañante y su director titular, Carlos Aransay, pero ocasionalmente y, dependiendo de las piezas, hay directores invitados.
Julietta destaca que en las presentaciones, especialmente las que cantan en otros idiomas, se preocupan por incluir subtítulos en vivo y la traducción de las obras en los programas de mano.
Aunque normalmente cantan en el Palacio de Bellas Artes, también visitan asilos, escuelas y hacen funciones relajadas dirigidas al público neurodivergente. Con esto, demuestran que la música vocal no tiene por qué ser exclusiva de un sector poblacional, sino que es una expresión viva que pueden disfrutar todas las personas.
Para Julietta, formar parte del Coro de Madrigalistas es un privilegio que ha conquistado con esfuerzo, disciplina y pasión. Aunque reconoce los retos de vivir del arte en un país donde las oportunidades suelen concentrarse en lugares como la Ciudad de México, insiste en que sí es posible —especialmente para las infancias que estudian música o desean dedicarse a ella— abrirse camino en este ámbito:
“Yo soy una artista que trabaja a tiempo completo únicamente en el arte, y es posible hacerlo. Hay que encontrar la forma y los medios”, afirma.
Además de su labor en el coro, imparte clases a niñas y niños a través de Julietta y Enriqueto, la empresa que cofundó, y dirige el Coro del Club España, que está integrado por personas adultas mayores.
La construcción de su talento y su versatilidad vocal le han enseñado que ningún género musical es superior a otro, y que el acceso al arte de calidad es un derecho, independientemente del estatus socioeconómico. “Creo que los ciudadanos pueden interesarse en buscar, consumir y ejercer ese derecho que tenemos. Así como tenemos derecho a la salud, también tenemos derecho al arte y la cultura”.
Este domingo 13 de julio, el coro se presentará en el Palacio de Bellas Artes con el programa Sin cadenas. Herencia africana en la música coral, una propuesta vibrante que incluye spirituals, mambo, góspel, danzón y ritmos latinoamericanos y nigerianos.
La dirección estará a cargo de Rodrigo Cadet, quien además diseñó el programa. Su propuesta busca explorar la negritud y la ascendencia africana, así como su influencia transformadora en los sabores musicales del continente americano.
Para Julietta, es fundamental cuestionar la concepción tradicional de la música académica en este tipo de eventos, pues no se trata de la vestimenta ni del recinto, sino de romper barreras con el público y disfrutar del arte en libertad.
Con información de: La Jornada