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Apuesta Trump por un cambio de régimen en Irán

Washington y Nueva York, 23 de junio del 2025.- Donald Trump y su equipo de seguridad aseguraron ayer que Estados Unidos no está en guerra contra Irán después de arrojar megabombas y misiles tipo crucero contra ese país en coordinación con Israel, y que no está buscando el cambio de régimen en esa nación, mientras un inusual coro de voces liberales y conservadoras acusan que fue una acción inconstitucional que podría llevar otra guerra estadunidense sin fin.

No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con el programa nuclear de Irán. No tenemos ningún interés en un conflicto prolongado. Ningún interés en tener botas sobre el terreno, aseguró el vicepresidente JD Vance en varios noticieros la mañana de ayer.

Agregó: empatizo con los estadunidenses que están agotados después de 25 años de enredos en Medio Oriente. Entiendo la preocupación, pero la diferencia ahora es que en ese entonces teníamos a presidentes tontos. Ahora tenemos un gobernante inteligente.

Más tarde, en un mensaje poco claro en su red social, Trump indicó que tal vez un cambio de régimen sería bienvenido si Teherán no se somete a las demandas de Washington, preguntando: ¿por qué no habría un cambio de régimen?

Pero no todos compartieron esta evaluación (no la de la capacidad mental del mandatario, sino del conflicto). En un mitin en Oklahoma, el senador Bernie Sanders caracterizó la nueva guerra de groseramente inconstitucional. Señaló que la única entidad que puede llevar a este país a una guerra es el Congreso de Estados Unidos. El presidente no tiene ese derecho, ante lo cual su público de miles corearon: no-más-guerras.

Fundamento para el impeachment

En tanto, la diputada federal progresista Alexandria Ocasio-Cortez sostuvo que la decisión del magnate para bombardear a Irán “da claramente el fundamento para su impeachment”.

El congresista republicano ultraderechista Thomas Massie sostuvo: esto no es constitucional –comentario que de inmediato fue condenado por Trump como débil e inefectivo–. La legisladora también ultraderechista Marjorie Taylor Greene ya había señalado: “cada vez que nuestra nación está al borde de la grandeza, nos involucramos en otra guerra… No habría bombas cayendo sobre el pueblo de Israel si (el primer minisrro israelí, Benjamin) Netanyahu no hubiera bombardeado al pueblo de Irán primero”.

El influyente comentarista conservador Tucker Carlson y el ex estratega del magnate Steve Bannon han estado advirtiendo en contra de que su país se sumara a la conflagración contra Irán, aunque ayer fueron más cautelosos en atacar a la figura que ayudaron a elegir dos veces. Lo que no quiere hacer es ser arrastrado aún más a esta cosa, expuso Bannon en su podcast War Room. Podrían decir que estoy limitando esta guerra, no soy parte de lo del cambio de régimen que quiere Israel, pero habrá mucha presión para hacer más, advirtió.

Encuestas antes de la acción bélica del sábado mostraban que una mayoría superior a 60 por ciento de la población estadunidense se oponían a que sus fuerzas armadas se involucraran en la guerra de Israel con Irán y, aún más significativos, una mayoría de los republicanos del partido del presidente se oponían. Tal vez por ello el jefe de la Casa Blanca tiene que insistir en que esta guerra no es una guerra.

No obstante, la mayoría de los políticos republicanos de manera disciplinada expresaron apoyo por su líder, como también varios demócratas. Opositores de ambos partidos han impulsado un proyecto de ley para obligar a que sea el Congreso el órgano único de decisión al respecto de si se va o no a cualquier guerra; sin embargo, eso no prosperará en esta coyuntura. La Casa Blanca justifica no necesitar la aprobación del Capitolio para lanzar un ataque militar bajo la excepción constitucional de emergencia en la que, según ellos, el país está bajo amenaza de un ataque, al señalar que Irán ha declarado muerte a América (Estados Unidos) y que dicha nación islámica estaba por tener un arma nuclear para lograrlo.

A pesar de la victoria cantada por el presidente sobre el ataque del sábado, al decir que Estados Unidos destruyó las instalaciones nucleares de Irán, el liderazgo militar estadunidense fue más cauto. El jefe del Estado Mayor, Dan Caine, declaró ayer que los informes iniciales reportan daño severo y destrucción del programa nuclear de Irán, pero advirtió que tomará tiempo para evaluar qué tanto se afectó la capacidad nuclear.

Avizoran conflicto de largo plazo

Pocos creen que ésta será una guerra de corto plazo. Trump probablemente permitió que Israel lo arrastrara a una guerra larga, aunque su intensidad podría variar, declaró Trita Parsi, experto sobre relaciones y negociaciones entre Estados Unidos e Irán, y vicepresidente ejecutivo del centro de análisis Quincy Institute for Responsible Statecraft.

Incluso si Washington quiere ponerle fin a su participación después de una represalia más o menos simbólica por parte de Irán, los israelíes lo presionarán para continuar bombardeando a Teherán porque el desarrollo nuclear no ha sido verdaderamente destruido. Y aun si es devastado, lo presionarán para combatir el programa de misiles de la república islámica, y después para ir en contra de las fuerzas convencionales de esa nación, y así continuará. Además, hemos visto que Trump es, al fin del día, bastante vulnerable a la presión israelí.

Versiones en los medios aquí confirman que Trump solicitó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, bombardear misiles antiaéreos de la república islámica antes de los bombardeos de Estados Unidos, evidencia adicional de la cercana coordinación militar entre ambos gobiernos.

Expertos opinan que es poco probable que el embate estadunidense haya logrado eliminar el programa nuclear de Irán y, por lo tanto, este conflicto se prolongará.

De hecho, una consecuencia a largo plazo es que podría marcar el fin del esfuerzo internacional para controlar las armas nucleares a escala mundial, indicaron varios analistas.

Perdería sentido la no proliferación atómica

Si dos estados con armas nucleares han bombardeado a un Estado sin tal arsenal, sin haber sido atacados, sacudirá al mundo y llevará a otros países a concluir que necesitan armas atómicas para disuadir a los estados que ya las tienen, señala Parsi.

Trump permaneció en la Casa Blanca ayer, y en comentarios a reporteros advirtió a Irán: cualquier represalia contra Estados Unidos de América será enfrentada con una fuerza mucho mayor de la que se atestiguó (el sábado).

El analista político veterano Robert Kagan opinó (antes de que Trump ordenara el ataque del sábado) en la revista The Atlantic: “no puedo pensar en nada más peligrosopara la democracia estadunidense que ir a la guerra. Piensen cómo el jefe del Ejecutivo podría usar un estado de guerra para fortalecer su control dictatorial en casa. Trump declaró una situación de emergencia nacional en respuesta a una ‘invasión’ inexistente de pandillas venezolana, imagínense lo que hará cuando la nación esté realmente en una guerra con un país real, uno al que muchos estadunidenses temen. ¿Tolerará la disidencia en tiempos de guerra?”

Kagan concluyó: Hoy, el propio Estados Unidos está en riesgo de volverse una dictadura militar. Sus instituciones liberales democráticas se han estado desmoronando. El experimento de los fundadores podría estar llegando a su fin. Una guerra con Irán probablemente acelerará su deceso.

Con información de: https://www.jornada.com.mx/

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