Coatíes de barro, tesoros funerarios del occidente mesoamericano
Ciudad de México 31 de mayo de 2025.- Los coatíes de barro son una joya poco conocida del arte prehispánico. Estas figuras cerámicas, halladas en las tumbas de tiro del occidente de México —particularmente en el estilo Comala—, destacan por su realismo y por la profunda carga simbólica que transmiten. Representan al pizote o pezotli, un mamífero nativo de la franja costera del Pacífico, conocido por su comportamiento curioso y su apetito voraz.
En el siglo XVI, fray Bernardino de Sahagún, uno de los cronistas más importantes de la Nueva España, recogió la visión nahua sobre este animal. En sus escritos del Códice Florentino, describe cómo los informantes indígenas identificaban al coati como símbolo de glotonería: “cuando alguien es muy comilón, que no come con mesura, se le llama pezotli”.
Esta asociación cultural, registrada por una fuente tan sólida como Sahagún, ofrece una clave para interpretar el simbolismo de estas esculturas.
Coatíes de barro: técnica, forma y simbolismo
Cada uno de estos coatíes de barro es una pieza única. Los artesanos prehispánicos, sin ayuda de torno, moldeaban estas esculturas a mano con gran habilidad técnica. La cerámica hueca y las aberturas cilíndricas —generalmente disimuladas en la cola— sugieren que estas figuras también funcionaban como vasijas u objetos rituales.
Su superficie suele ser lisa o decorada con incisiones, y se caracteriza por un acabado rojo pulido con manchas oscuras, producto de los minerales absorbidos durante siglos de entierro. Lo que más asombra es el nivel de observación del coati: el hocico alargado, las orejas en punta, la cola vertical, las patas medias y el gesto de buscar alimento.
En las figuras de los coatíes de barro, el animal sostiene con sus patas delanteras una vara o tronco, donde parece introducir la lengua, una acción realista que remite a su dieta basada en insectos, frutas y pequeños vertebrados.
Estas representaciones no eran meramente decorativas. En el contexto de las tumbas de tiro —cámaras funerarias subterráneas con un pozo de acceso vertical—, las figuras acompañaban a los difuntos. Los investigadores se preguntan si actuaban como símbolo del carácter del difunto (glotón o curioso), como metáfora de la abundancia, o incluso como representación de una mascota querida.
Su escasez en el registro arqueológico sugiere que se trataba de un símbolo especial, reservado para personas particulares.
Legado del trabajo cerámico prehispánico
Las figuras de coatíes de barro no solo reflejan la biodiversidad del México antiguo, también evidencian la sofisticación del trabajo cerámico mesoamericano. La cerámica en esa época no era solamente utilitaria; servía para transmitir conceptos religiosos y sociales. En muchos casos, estas piezas eran depositadas como ofrendas, estableciendo un puente entre la vida y la muerte.
La cultura de las tumbas de tiro floreció entre los años 200 a.C. y 600 d.C. en los actuales estados de Jalisco, Colima y Nayarit. Los ceramistas de esta tradición desarrollaron técnicas avanzadas de modelado, engobado, pulido y cocción controlada. Gracias a ello, hoy podemos apreciar figuras como estos coatíes de barro, que además de ser obras de arte, son documentos históricos en sí mismos.
¿Dónde ver coatíes de barro hoy?
Varias de estas piezas se resguardan en museos como el Museo Amparo de Puebla, que conserva y exhibe cerámica del occidente prehispánico con especial atención al arte funerario. También el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México alberga ejemplos similares. En estos sitios podrás apreciar el talento de los antiguos alfareros y acercarse a los significados simbólicos del México precolombino.
Con información de: México Desconocido