La resistencia política contra Nicolás Maduro coordina su estrategia diplomática con EEUU y espera poco de Brasil, México y Colombia
Ciudad de México 24 de mayo de 2025.- (Desde Washington, Estados Unidos) Durante una conferencia de prensa ofrecida a pocas cuadras de la Casa Blanca, los cinco opositores al regimen caribeño rescatados de la embajada argentina en Caracas ratificaron la alianza estratégica que Edmundo González Urrutia y María Corina Machado tienen con la administración Trump y cuestionaron la prescindencia diplomática de Brasil, México y Colombia.
Magallí Meda, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero,Humberto Villalobos y Omar González dialogaron con un puñado de periodistas que fueron convocados a un hotel internacional ubicado en Georgetown.
Pedro Urruchurtu, responsable de la política exterior de la oposición liderada por Machado y González Urrutia, fue consultado por Infobae sobre el rol de Estados Unidos y Argentina frente a la dictadura de Nicolás Maduro, en contraste con la deliberada prescindencia de Lula da Silva, Claudia Sheinbaum y Gustavo Petro.
Urruchurtu agradeció el protagonismo de Marco Rubio -secretario de Estado- ante las sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura venezolana, y rescató la actitud de Javier Milei cuando en Caracas se cerraban todas las puertas y ya tenían pedido de captura.
Durante la conferencia de prensa también se aludió a la tibia posición que ejercieron Da Silva, Sheinbaum y Petro ante la compleja situación que enfrentaban los cinco disidentes en la residencia argentina en Caracas.
Maduro se negó -una y otra vez- a conceder los salvoconductos en favor de Meda, Urruchurtu, Macero, Villalobos y González, y Brasil, México y Colombia hicieron pocos esfuerzos para abrir las garras de Maduro.
Frente a los periodistas, Urruchurtu replicó en público lo que María Corina Machado y Edmundo González Urrutia comentan en privado: Da Silva, Sheinbaum y Petro no están a la altura de la crisis institucional que golpea a la sociedad venezolana.
“La diplomacia no funcionó”, sintetizó Urruchurtu.
Distinta es la situación en la administración Trump.
El presidente de los Estados Unidos respalda la estrategia diplomática del secretario Rubio, que tiene al tope de sus prioridades la dictadura en Venezuela.
En este contexto, Rubio avalado por Trump ya diseña otras medidas para asfixiar al régimen, lograr la libertad de los presos políticos y forzar la transición democrática en Venezuela.
A continuación, el diálogo que Infobae mantuvo con Pedro Urruchurtu, responsable de la política exterior de la oposición venezolana:
-¿Podría precisar el concepto de “la diplomacia no funcionó?
-El fracaso de la diplomacia convencional tiene que ver con que ni siquiera Brasil, México y Colombia, que son países que se suponía que tenían una cercanía ideológica o de algún tipo con el régimen, fueron capaces de hacer algo para persuadir al régimen. Brasil, Colombia y México hay que decirlo, frente a la evidente victoria de los venezolanos el 28 de julio y la arrolladora victoria de Edmundo González Urrutia, prefirieron llamar a la duda frente a algo que no tenía lugar a dudas.
-¿Por qué pasó?
-Probablemente ahí hay complicidad. Probablemente hay compromisos que desconocemos. Y el punto es que fallaron. Ellos que tenían algún tipo de ascendencia sobre el régimen, pudieron hacer algo, y no lo hicieron.
-En la OEA, Brasil, México y Colombia también jugaron a que fracasen sesiones cuando se intentaba condenar el fraude cometido por Maduro…
-Correcto. Pero también hay que decir que la OEA jugó un rol determinante en parte por el liderazgo de Argentina. Hubo sesiones en que se debatió la situación en la Embajada. Pero al final no hubo mecanismo de presión efectiva sobre el régimen, porque se basó en una diplomacia convencional que no los trataba como criminales.
-¿Y en el caso de España, Francia e Italia?
-Bueno, ellos creo que intentaron jugar un rol. Creo que hay que separar un poco las dinámicas y los liderazgos allí, pero al final el régimen allí también jugó muy duro al secuestrar a ciudadanos de esos países que hoy permanecen secuestrados, por cierto. Y es una manera también de presionarles para no jugar más duro.
-¿El secuestro de los ciudadanos extranjeros juega como un balance para que las administraciones no hagan una crítica más fuerte contra el régimen?
-Correcto. Es lo que yo llamo la diplomacia de rehenes. Y bajo esa diplomacia de rehenes operó mucho la lógica del contacto silencioso, el silencio prudente. Pero al final, la realidad: sin presión no hay resultado.
Con información de: Infobae