Atahualpa Yupanqui: Voz y alma del folclore latinoamericano
Ciudad de México 23 de mayo de 2025.- Atahualpa Yupanqui, seudónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburo, es una de las figuras más emblemáticas del folclore argentino y latinoamericano. Poeta, guitarrista, compositor y viajero incansable de los paisajes y culturas del interior argentino, su obra trasciende la música y se convierte en un testimonio profundo del alma del continente.
Raíces e identidad. Nacido el 31 de enero de 1908 en Juan A. de la Peña, provincia de Buenos Aires, Yupanqui creció entre relatos de pueblos originarios y vivencias del campo. Desde joven se interesó por la guitarra y las tradiciones de las comunidades rurales, marcando el inicio de un camino que lo llevaría a ser el gran cronista musical de los olvidados.
El nombre artístico que eligió resume su compromiso con la historia y la cultura indígena: «Atahualpa» por el último emperador inca y «Yupanqui» por uno de sus antecesores. Esta elección no fue casual: sintetizaba su identidad artística y su visión del mundo, profundamente arraigada en las raíces andinas y campesinas.
Música con alma de tierra. Las composiciones de Yupanqui están impregnadas de poesía y sabiduría popular. Temas como «El arriero», «Luna tucumana», «Los ejes de mi carreta» y «Camino del indio» no solo describen paisajes, sino que expresan el sentir de quienes los habitan. Su guitarra, ejecutada con un estilo sobrio pero emotivo, fue su compañera inseparable y vehículo de una expresividad única.
Más allá de su música, su producción literaria también destaca. Muchos de sus textos poseen un valor poético que les ha dado un lugar en la literatura argentina, donde es admirado por la profundidad filosófica y la autenticidad de su mirada.
Compromiso y exilio. La vida de Yupanqui estuvo atravesada por el compromiso político. Militante del Partido Comunista, sufrió persecuciones y censuras, especialmente durante las dictaduras que marcaron la historia argentina del siglo XX. Esta situación lo obligó al exilio en varias ocasiones, especialmente en Francia, donde encontró un nuevo hogar artístico y reconocimiento internacional.
En Europa, compartió escenarios con figuras como Édith Piaf y fue condecorado por el gobierno francés con la Legión de Honor, uno de los mayores reconocimientos culturales de ese país.
Un legado eterno. Atahualpa Yupanqui falleció el 23 de mayo de 1992 en Nîmes, Francia, pero su legado permanece vivo. Su voz, su guitarra y su palabra siguen resonando en los festivales, en los discos, en los libros y en la memoria de quienes ven en él a un verdadero representante del pueblo.
Su obra no solo forma parte del patrimonio cultural argentino, sino que es reconocida como un emblema de la identidad latinoamericana, una fuente de inspiración para artistas y defensores de las causas populares en todo el mundo.