Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Pancho Villa, el caudillo gobernador por cuatro semanas.
Chihuahua, diciembre de 1913. La ciudad, estaba aún impregnada del polvo y el eco de la metralla revolucionaria, el ejército federal -derrotado- había abandonado la capital del estado y en ese escenario, Chihuahua se rindió ante un nuevo orden.
El general Francisco Villa, conocido por su bravura en los campos de batalla, entró triunfante al frente de la División del Norte. Pero esta vez no lo hizo como como guerrillero ni como militar: la entrada la realizó como gobernador provisional.
Los líderes de la revolución, considerando el vacío de poder y la urgencia de reorganizar la vida pública, designaron a Pancho Villa como gobernador interino del estado de Chihuahua. La noticia corrió como pólvora entre los habitantes: el temido y admirado general Villa ahora era quién gobernaba el estado y lo hacía con la prisa de quien sabe que no tiene tiempo para perderlo
En tan solo cuatro semanas, el centauro del norte plasmaría su huella. Firmó 17 decretos, expropió propiedades de la oligarquía, creó el Banco del Estado de Chihuahua y emitió papel moneda respaldado por su palabra. Incluso en cada billete se leía su firma, estampada como una declaración de soberanía y desafío.
Pero su gobierno no se limitó a la economía. Villa, que apenas tuvo acceso a una educación formal, fundó más de 50 escuelas y reabrió el Instituto Científico y Literario, sentando las bases de lo que hoy es la Universidad Autónoma de Chihuahua e instaló la primera estación radiotelegráfica del estado en plena catedral, con las torres funcionando como antenas que llevan su mensaje más allá de las montañas.
Al palacio de gobierno lo transformó en centro de decisiones vertiginosas. No hubo espacio para la lentitud burocrática, Villa dictaba órdenes claras. Prohibió el alcohol entre sus tropas, reguló los precios de artículos varios para evitar abusos, e intentó distribuir la riqueza que antes estaba concentrada en unas pocas manos
El 7 de enero de 1914, a petición de Venustiano Carranza, Villa presentó su renuncia a la gubernatura. Su lugar fue ocupado por el general Manuel Chao. El Centauro del Norte sabía que su papel estaba en el frente de la batalla, donde retumbaba la artillería y se decidía el futuro de México. Y ahí se fue…
Su paso como gobernador fue breve, sí, pero trascendente. En apenas un mes, Villa demostró que un caudillo podía gobernar con visión social.
Pancho Villa fue gobernador provisional de Chihuahua entre el 8 de diciembre de 1913 y el 7 de enero de 1914.