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Hay que mantener la tendencia de aumento al salario mínimo: Enrique Provencio Durazo

Ciudad de México, 01 de mayo de 2025.- En los últimos años ha mejorado 137 por ciento, al pasar de 89.44 pesos en 2018 a 193.44 en 2024; incremento que en la frontera norte ha sido mayor. Sin embargo, destaca, si bien este progreso es significativo, todavía no alcanza para comprar las canastas (alimentaria, de bienes y servicios) que requiere una familia para no vivir en condiciones de pobreza.

En este contexto, el economista rememora que el movimiento por la recuperación de este ingreso en México empezó en 2014, con la participación, incluso, de un grupo de personas investigadoras de la UNAM con propuestas para la elaboración de las reformas legales que de 2015 a 2016 permitieron el alza salarial en 2019.

Entrevistado con motivo del Día del Trabajo, que se celebra el 1 de mayo a partir de 1913 en recuerdo de la represión de una manifestación obrera en Chicago, Estados Unidos, ocurrida el primer día de mayo de 1886, el investigador agrega:

La principal consecuencia de la elevación del salario mínimo en la administración anterior es que empujó hacia arriba al resto de los salarios en general. Ha sido positivo, porque ha permitido que los ingresos de las personas crezcan en casi cuatro por ciento anual -de 2018 en adelante- lo cual ha favorecido que quienes laboran por un salario su ingreso suba en poco más de dos por ciento anual en términos reales. Es decir, ha mejorado el poder adquisitivo, descontada la inflación.

La parte preocupante, indica, es que todavía más de la tercera parte de los mexicanos no gana ni para adquirir la canasta básica alimentaria, por eso lo que se debe plantear es, en los próximos años y probablemente lustros o décadas, que se necesita mantener el esfuerzo para continuar realmente la mejora salarial.

A lo anterior se suma resolver problemas como el de las mujeres quienes siguen ganando en promedio 20 por ciento menos que los hombres.

Además, los cinco estados más pobres Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Morelos y Veracruz tienen una remuneración salarial por persona 60 por ciento más bajo que las cinco entidades más altas (Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Baja California y Chihuahua). Es decir, hay una brecha regional muy marcada en términos de ingresos salariales y es la razón por la cual está tan identificada la concentración de la pobreza.

En cuanto a los municipios indígenas apunta que tienen un salario de menos de la mitad que los no indígenas, en tanto que la población informal cuenta con un ingreso de menos de la mitad que la formal.

Subraya que también falta intensificar el esfuerzo para mejorar las condiciones laborales de las y los trabajadores en el hogar. Cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social indican que este grupo está conformado por poco más de 63 mil personas, pero hay más de 2 .5 millones. Es decir, menos del cuatro por ciento inscritas.

El universitario abunda que también falta realizar mayores esfuerzos para proteger las condiciones laborales de jornaleros y jornaleras, uno de los colectivos que demanda apoyos en educación para sus hijos, hijas, y mejorar las condiciones de salud.

Provencio Durazo invita a reflexionar sobre la importancia de acelerar la preparación académica para que la revolución tecnológica que presenciamos en México y el mundo no desplace más trabajadores por inteligencia artificial, automatización, robotización y la mejora en los sistemas de gestión de los servicios.

Con información de: UNAM

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