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Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | Nieves artesanales que persisten desde la época prehispánica

Cuando tenía siete años, su abuelo le enseñó las recetas tradicionales para preparar nieves artesanales de barril de limón, mamey, queso, mango, guanabana, fresa, tamarindo, chocolate, nescafé, tres leche y tequila; desde esa edad empezó a vender en el Centro Histórico de Xochimilco, recuerda el productor José Antonio Jiménez.

Hoy, con 25 años de experiencia como artesano, afirma que todo nevero tiene su receta y especialidad. “Las mías son el beso de ángel, hecho principalmente de nueces en trozos, arándanos y cerezas a la mitad; así como el de pétalos de rosa, elaborado con esencia de agua de rosas, almendras, pétalos de rosas y miel de abeja, ambas con un toque secreto”, enfatiza.

Comenta que es originario de Teotitlán, Oaxaca, pero desde los cuatro años llegó a vivir a la Alcaldía Xochimilco, en la colonia Ampliación San Marcos; recuerda que desde que cursaba la primaria, su abuelo le enseñó la profesión del comercio. “A mi corta edad ya tenía mis garrafas y mi carrito con el cual salía a vender a las calles”.

Recuerda que cuando estaba en la Secundaria Técnica 28, en las festividades como el Día del Niño, se ofrecía y regalaba nieve a toda la escuela, lo que lo hizo muy popular entre el estudiantado xochimilca.

Actualmente, oferta sus nieves artesanales de barril en el Corredor Turístico o frente al quiosco de la explanada de la Alcaldía. Asegura que al estar tantos años en el lugar, conoce a la mayoría de los vecinos, policías, comerciantes y boleros.

“A veces, a los turistas que vienen por su nieve, les propongo un tours o bien hasta les recomiendo qué lugares visitar o qué prestadores dan los mejores servicios”, dice el artesano José Antonio Jiménez.

Comenta que principalmente a los turistas extranjeros les gusta escuchar que la nieve artesanal data de la época prehispánica, cuando se extraía de bloques de hielo de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.

Para conservarla, la tapaban con sacos de pieles y la cubrían de fibras de ixtle para mantenerla frío. Después era molida y mezclada con jarabes dulces de maguey, tuna o maíz. Cabe destacar que en principio, sólo la consumían sacerdotes y grandes señores.

“Desde esa época pobladores Xochimilcas, principalmente de Santiago Tulyehualco, han heredado sus técnicas artesanales y recetas ciento por ciento naturales”, concluye el productor José Antonio Jiménez.

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