Colaboraciones

Charlas de taberna | Por: Marcos H. Valerio | Entre juegos, chinampero aprende a sembrar cempasúchil

El gusto por la siembra comenzó cuando era niño, aunque sus abuelos y padres tenían chinampas no eran campesinos, pero Gustavo Othón Velasco acudía con sus amigos y fue así como entre juego y juego aprendió a amar a la madre tierra.

Originario del barrio de La Santísima, narra en entrevista que tras el terremoto de 2017, él y sus vecinos perdieron su patrimonio. “Incluso, perdí mi empleo, por lo que decidí dedicarme a la producción de flor de cempasúchil. Primero, fui comerciante, ofrecí las plantas que sembraban mis vecinos. Ahí surgió mi interés en rescatar las chinampas familiares y adentrarme en el tema”, enfatiza.

Actualmente, en su chinampa Cactumaniax ubicada en Chililico, produce dos tipos de cempasúchil: el Clemol de tonalidades llamativas rojas y naranjas que además posee  propiedades curativas, en las que destacan las analgésicas y desinflamatorias que incluso están presentes en el Códice de la Cruz-Badiano.

También se utilizan en la permacultura y en algunos procesos orgánicos de siembra”, explica Gustavo Othón.

Agrega que recientemente acondicionó en su casa un minilaboratorio para desarrollar fungicidas orgánicos con base en esta planta.

También produce el cempasúchil tradicional conocido como bombón. “Este tipo de cempasúchil es comúnmente utilizado en las ofrendas de nuestros hogares y en panteones para adornar las tumbas de los difuntos. En nuestra cosmovisión cultural sus pétalos pueden iluminar el camino que recorrerán nuestros muertos rumbo al Mictlán”.

Othón explica que con algunos amigos han organizado el club de chinamperos llamado Cactumaniax, cuyo objetivo es preservar las tradiciones ofertando sus productos y servicios, sin intermediarios.

Por último, resalta que uno de sus planes es enseñarles a sus futuros hijos, la técnica ancestral de la tradición chinampera.

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