Pueblos Originarios

PÁPAGOS

 

Los Pápagos (Tohono O’odham), cuyo territorio se dividió a raíz de la instauración de la frontera internacional al firmarse el tratado Gadsen en 1854, conforman actualmente un grupo indígena ubicado en el Norte de México.

Este territorio se conocía históricamente como Pimería Alta o Papaguería, nombres que aparecen en crónicas y documentos de viajeros que dejaron testimonio de ese pueblo desde el siglo XVII (Kino; 1919) hasta fines del siglo XIX (Lumholtz; 1990). La división ha propiciado cambios en la población que quedó en uno y en otro lado de la frontera, en los actuales estados de Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos). Estos cambios han sido el resultado de la inclusión de los habitantes en políticas diferentes y propias de cada país. En Estados Unidos fue la conformación de la Reservación de la Nación Tohono O’odham (NTO) con una constitución propia, pero limitada por la de ese país. En México es la existencia de comunidades y ejidos, producto de las reformas y políticas agrarias, con un gran número de población que ha emigrado al otro lado de la frontera.

DEL NOMBRE PÁPAGO

Posiblemente el nombre de Pápago provenga del término papabotas, “Pima comedor de frijol”, aunque en los textos históricos se encuentran diferentes denominaciones. Para Fontana (1989, p. 37), los nombres de Sobaipuris y Jipuris se consideran variaciones del término “soba”, que alude a la población que Kino identifica en los ríos Altar, Concepción y Sonoyta. La denominación de Piatos posiblemente sea una contracción de Pimas altos, Gileños y Zimarrones, que son otras de las designaciones. De todos los nombres mencionados sólo sobrevivieron los de Pimas y Pápagos. Los Pimas se conocen también como ribereños, por vivir en las cercanías de los ríos, y se diferencian así de los Pápagos, que habitaban en el desierto. El nombre común de este pueblo, en la investigación antropológica, ha sido el de pápago; todavía en 1989, Fontana continúa utilizándolo. Se usa en documentos oficiales de la actual Nación Tohono O’odham: en el Programa de Desarrollo Pápago de 1949, en la Constitución actual, aprobada en 1986, en la que mencionan a “los miembros de la NTO, formalmente conocida como tribu pápago…”. Como una forma de manifestarse en el exterior y con un discurso propio, en Arizona decidieron autodenominarse Tohono O’odham, “gente del desierto”, y al nombre de “pápago” le adjudicaron una connotación despectiva. De tal forma que los Tohono O’odham (TO) nombran a los Pápagos de Sonora —tribu O’odham de México— Nación O’odham de México. No obstante, los Pápagos de Sonora se llaman a sí mismos Pápagos, y para ello emplean frases distintivas respecto a los de la NTO como “los de la Nación” y dicen “nosotros los Pápagos”.

LENGUA

Para los Pápagos y Tohono, O’odham significa “gente”, y, al igual que los Pimas, hablan la misma lengua, pero con variantes lingüísticas a las que también denominan O’odham. Esta lengua forma parte de la familia lingüística yuto-azteca.

El número de población pápago varía a causa de la constante movilidad que tienen como migrantes temporales (Caborca, Sonoyta) o definitivos (Tucson, Phoenix, Arizona). En Sonora hay habitantes en Quitovac, Las Norias, Pozo Verde (ejido), Pozo Prieto, Sonoyta, Caborca y Puerto Peñasco. Debido a esta movilidad los municipios registrados2 con población pápago son Altar, Pitiquito, Trincheras, Ures y General Plutarco Elías Calles. Esto hace un total de 67 Pápagos bilingües.

EL TERRITORIO

La Papaguería o Pimería Alta es un extenso territorio delimitado por los primeros misioneros que ahí llegaron, quienes tomaron como base la población asentada en la ribera de los ríos Magdalena, Altar, Concepción y Sonoyta (en el actual Sonora) y los ríos Santa Cruz, Santa Rosa, San Pedro y Gila (en el actual Arizona). La población que habitaba la Papaguería tenía dos tipos de residencia. Lumholtz (1990, p. 26) señala que a la habitación de verano se le llamaba “campos”, Oóitak, y a la de invierno, “pozos”. Esta división en el tipo de residencia estaba ligada a las prácticas agrícolas y rituales de petición de lluvia en los “campos”; dichas prácticas se daban en el verano, época en que se asentaban varias familias juntas durante las lluvias, para posibilitar el cultivo; mientras que los “pozos” eran lugares de residencia que permitían esencialmente las prácticas de cacería al disponer de fuentes de agua después de las lluvias y en donde los animales se acercaban a beber. Este cambio de residencia dejó de realizarse en la época contemporánea, aunque vemos familias o individuos desplazarse por temporadas de Sonora a Arizona para trabajar como empleados asalariados.

El desplazamiento inverso se da en las visitas a lugares sagrados o para ver a la familia. Prácticamente no existen registros históricos sobre la construcción de la vivienda tradicional; solamente algunas descripciones nos narran la existencia de casas circulares de carrizo, en donde se preparaba la bebida fermentada del fruto del saguaro para el ritual de petición de lluvias. Hoy en día, las viviendas son de concreto en las ciudades, y en las comunidades cuentan con patios con cercas de cactos. El territorio pápago se ubica en el desierto sonorense, y comprende, entre otros, el estado de Sonora en México y el de Arizona en Estados Unidos. En México se le llama desierto de Altar a la zona donde colindan Sonora y Arizona y se ubican algunas comunidades pápago. La flora de esta región desértica consiste en una extensa variedad de matorral xerófilo y cactos, como el saguaro, que posee propiedades alimentarias y rituales. De la fauna alada y terrestre, el coyote, el venado, el águila y el búho presentan también características rituales por ser personajes de la mitología pápago. En tiempos remotos, al Golfo de California llegaban numerosas peregrinaciones, atraídas por los yacimientos de sal, pues, además de que la intercambiaban, tenía un carácter ritual en la iniciación del chamán. La población no permanecía en un lugar fijo, debido a los cambios de habitación, los intercambios y las guerras; de éstas, la más conocida hasta finales del siglo XIX fue la que sostuvieron los Pápagos contra los apaches. Con la firma del tratado Gadsen en 1854, la Papaguería se vio dividida, lo que derivó en una nueva organización del territorio. En la expedición de Lumholtz en 1909-1910 (1990, p. 158), el autor menciona haber encontrado a ingenieros y geólogos mexicanos delimitando la línea fronteriza; la población local los llamaba “inspectores” o “celadores”. Esta frontera, con el tiempo, fue modificando los desplazamientos de la población; hoy en día se han tornado complicados por la falta de documentos de ciudadanía que exige cada país y por los respectivos permisos de visita. De manera que la organización del territorio se cristalizó en Arizona con la conformación de reservaciones, y en México quedaron las comunidades y los ejidos de acuerdo.

Inicialmente existieron tres reservaciones en la Papaguería (Thompson; 1951): San Xavier (1874), Gila Bend  (1882) y Pápago (entre 1911 y 1938). La Reservación Pápago era la más grande y se hallaba dividida en nueve distritos; actualmente, la división del territorio en Estados Unidos es de 11, convertidas en distritos las dos reservaciones más pequeñas: Gila Bend y San Xavier. Sells es el centro político-administrativo de los 11 distritos, que son Baboquivari, Chukut kuk, Gu Achi, Gu vo, Hichiwan, Pisinemo, Schuk Toak, San Xavier, San Lucy (Gila Bend), Sells y Sif Oidak.

ORGANIZACIÓN SOCIAL

Inicialmente los jesuitas y posteriormente los franciscanos instauraron el orden colonial en la Papaguería o Pimería Alta, de tal forma que a través de las misiones impulsaron la conversión de los habitantes, ya fuera por convencimiento o por la fuerza. Respecto a la organización española, nombraron gobernadores, capitanes, alcaldes, fiscales mayores, ordinarios y.

Estos nombramientos no funcionaron del todo, ya que en algunos lugares el gobernador no siempre podía fungir como líder ceremonial; este último estaba a cargo de cuidar el humo, hacer el fuego, decidir la fecha de las ceremonias y nombrar a los oficiales de guerra, caza y juegos.

El Consejo era el poder de la comunidad, decidía sobre la guerra, el trabajo agrícola, la caza, las fechas de las ceremonias, los juegos con otros pueblos y la aprobación de la instalación de nuevos residentes. Al parecer, existían los dos tipos de autoridad político-religiosa, según la población de que se tratara. Los ancianos nombraban al líder de guerra, y el cargo podía ser de por vida o se lo daban cada vez que se requiriera, como en el caso de San Xavier.

Esta información nos permite afirmar que no existía un gobierno central; también Lumholtz (1990) mencionaba que el Consejo se organizaba entre las familias que se reunían en un mismo campo y ellos mismos decidían sobre los asuntos que les concernían durante el tiempo que permanecían juntos.

PARENTESCO RITUAL

A pesar de que se habla de un sistema de parentesco bilateral, en términos rituales se reconoce un tipo de parentesco de linaje que funciona entre dos mitades: buitre y coyote. No existe mayor información al respecto y resulta difícil establecer los nexos de parentesco de la ceremonia de la lluvia (wi:gita). Hoy en día tampoco es posible verificarlo, pues las relaciones entre los participantes del wi:gita en Quitovac, como lo señala Galinier, son entre miembros de varias familias que no tienen parentesco alguno, y sólo se distingue la participación de dos grupos: anteriormente un grupo de Quitovac y otro conformado por rancherías aledañas y, desde 1940, un grupo de Quitovac y otro constituido por Pápagos de la reservación de Sells en Estados Unidos.

El grupo de este país ocupó el lugar de las rancherías aledañas y solamente algunos de sus miembros mantienen nexos de descendencia reales o ficticios con la familia original de Quitovac.

UNA NUEVA INDIANIDAD

Para la población, como ya se mencionó, la existencia de la frontera ha traído grandes cambios. La lengua O’odham ha dejado de hablarse en ambos lados, aunque hay un mayor número de hablantes en Arizona.

Al respecto, la población pápago de Sonora dice que los jóvenes de la NTO ya no hablan la lengua, como sucede con los de sus comunidades. Los miembros de la NTO anteponen el hecho de conformar una nación, lo que no ocurre entre los Pápagos de Sonora. Ante este tipo de aseveraciones, los Pápagos de Sonora responden: “pero si nosotros estamos como ustedes: ustedes tienen una nación y distritos; nosotros tenemos comunidades, ejidos y municipios”. Para los Pápagos de Estados Unidos resulta fundamental la construcción de una nueva indianidad en el contexto de ese país. Como punto de partida, han creado un nuevo nombre con el cual se autodenominan, nombre que forma parte de su reivindicación como indios.

Pápago “comedor de frijol” era una distinción de la población del desierto respecto a la ribereña; no obstante, decidieron tomar la denominación Pima: Tohono O’odham, es decir “gente del desierto”; sólo cambiaron el término, cambio indispensable en esta nueva perspectiva india.

EL MITO FUNDADOR, LA OGRESA

En la mitología pápago aparece un personaje, Ho’ok, monstruo antropófago a quien el Hermano Mayor (I’itoy para los TO, Montezuma para los Pápagos de Sonora y Siuuhu para los Pimas) dio muerte tras una petición colectiva.

La Ogresa nació de una pelota con la que su padre jugaba, la cual se metió en la ropa de su madre y se volvió bebé; nació con hocico de puerco y garras de águila. Al crecer, se comía a los niños; la gente acudió al Hermano Mayor para preguntarle cómo desaparecerla, pues devoraba a sus prójimos. Hicieron una danza, fumaron cigarro y cuando se durmió, juntaron leña en una cueva y le prendieron fuego. Así murió. El Hermano Mayor creó el mundo pápago al entrar al cuerpo de la Ogresa y cortarle el corazón en dos partes; vive en una cueva de Pinacate y al parecer tomó forma de un sapo petrificado.

El corazón petrificado de la Ogresa, llamado “santita”, se conservó por muchos años en una cueva de Quitovac, y se presentaba en el wi:gita en una canasta acompañada de plumas de águila. El nacimiento del mundo se da a partir del sacrificio del ancestro fundador, la Ogresa, a quien se celebra representada por el corazón petrificado y que se conserva en la canasta mencionada durante el wi: gita en Quitovac.

La santita o virgen, términos heredados de la religión católica, son los nombres dados al corazón que se encontraba en la cueva de las inmediaciones de Quitovac. Ho’ok representa un aspecto caótico, el agua, la inundación que fue detenida por el Hermano Mayor, y cabe la posibilidad de que la lluvia tan esperada en verano sea una de sus características benéficas.

El nombre de Ho’ok recuerda el término tepehuano del sur de A’ok, “el diablo”, uno de los personajes de la danza en las fiestas patronales de los Pápagos y un ser que vive en un ojo de agua. Es importante mencionar el parentesco lingüístico de ambas lenguas: las dos pertenecen a la rama tepimana de la familia lingüística yuto-azteca (pápago, Pima y tepehuano).

En este sentido, ambos términos aluden a este parentesco lingüístico y a una cercanía cultural en el tiempo. El wi: gita es una ceremonia que se celebra para atraer la lluvia; además tiene características terapéuticas colectivas. En ella se muestra el nexo de los Pápagos con el ancestro fundador sacrificado —como lo refleja el referido mito— al presentar el corazón petrificado de la Ogresa junto con plumas de águila dentro de una canasta. En palabras de Bahr, esta ceremonia permite la confluencia de todos los grupos de Pápagos con un sentido de nación independiente. El mito también evoca el movimiento del mundo con el cual se instaura el tiempo pápago: detener la inundación, petrificar el corazón de la Ogresa y del Hermano Mayor representado por un sapo, así como darle importancia a la danza antes de sacrificar a la Ogresa. Vemos también que el número cuatro es el que rige múltiples actividades rituales. Galinier (1991) plantea que la menstruación representa el paradigma pápago, ya que a la joven se le recluye durante los cuatro días de su primera regla. Este número está directamente asociado a cualidades de Ho’ok, como se verá más adelante, en su relación con la sal, el mar y la Luna.

LAS TEMPORADAS

Los Pápagos dividen el tiempo en dos temporadas: el verano y el invierno, que rigen dos tipos de habitación, la de los “campos” y la de los “pozos”. Esta división de la habitación permite las prácticas agrícolas y las de caza-recolección respectivamente; ambas aún existen, pero de forma aislada. Los rituales más importantes se dan en temporada seca. Se trata de rituales que atraen la lluvia.

En el caso pápago de Quitovac es el wi:gita, ceremonia que se lleva a cabo en la primera luna llena de julio-agosto, cuando se celebraba la ceremonia del vino del saguaro, cuya espuma en su preparación representaba a la lluvia.

Los Pápagos enfatizan la importancia de la lluvia, puesto que el sol intenso durante la temporada seca exige la regeneración de la naturaleza precisamente con las lluvias. En cuanto a los Pápagos, Lumholtz menciona que el calendario estaba regido por la Luna, es decir, por Ho’ok, la Ogresa marítimalunar. Es evidente que la Luna es sumamente importante para los grupos del desierto, pues, para los indios del noreste, marcaba las etapas de crecimiento de la vaina del mezquite, su alimento esencial.

LOS SANTOS

Para los Pápagos, las imágenes santas de la religión católica se asociaron a los ancestros. El santo más importante es San Francisco, a cuyos santuarios (Magdalena de Kino, San Francisco y Sonoyta) la población de ambos lados de la frontera y otros grupos indígenas, como los yaquis y seris, acuden en peregrinación. Es el patrono de las lluvias de octubre que ha sido natividad y con el cual el mundo quiere regresar al caos original. Los Pápagos (Tohono O’odham) hacen una peregrinación anual a Magdalena de Kino, Sonora, para visitar a San Francisco Xavier. Esta imagen es herencia de la presencia jesuita en la Papaguería: el jesuita que la llevó, murió y fue sepultado allí en 1711. Aunque se trate de la imagen jesuita, se festeja en la fecha del franciscano, como parte también de la presencia de esta orden en la Papaguería.

PEREGRINACIONES

Los Pápagos efectuaban algunas peregrinaciones. En los libros que redactó el jesuita Juan Antonio Baltasar, por ejemplo, señala que desde la entrada de Kino a la Papaguería, éste reconoció vestigios y ruinas cercanos a un paraje del río Gila, así como en el territorio existente entre el presidio de Janos y el Real de Chihuahua.

Los historiadores de Nueva España argumentaban que de estos sitios había salido la peregrinación de la antigua nación mexicana para fundar México, y que estas casas, cuyas ruinas aún se reconocen, fueron sus moradas.

Los primeros españoles nombraron a estos asentamientos “Casas Grandes”, término retenido por los arqueólogos. Los Pimas, durante el siglo XIX y quizá durante la Conquista, llamaron a uno de los edificios encontrados por los españoles wa:paki, “Casa Grande”, y es el actual sitio arqueológico cercano al río Santa Cruz, al norte de la Papaguería. Se observa, pues, que este asentamiento fue identificado como uno de los lugares míticos de salida de los antiguos mexicanos en su peregrinación hacia el sur.

También hay menciones de las peregrinaciones pápago al Golfo de California, en donde recolectaban sal, ya fuera para intercambiarla o para la iniciación chamánica. Lumholtz señala que la salina del Golfo de California era visitada por Pápagos del río Gila y si ellos no se desplazaban a este sitio, lo hacían a la salina del Pinacate, a fin de obtener sal.

Otra información indica que los que hacían el viaje sagrado para el mismo fin eran los del interior, los Tohono O’odham.

Hoy en día, a finales de septiembre y principios de octubre, vehículos pápago cruzan la frontera, ya sea por Sonoyta o Nogales, para visitar a San Francisco. Algunos grupos caminan un tramo hacia el santuario, ya en territorio mexicano, acompañados de Pápagos que viven en Sonora.

Esta peregrinación cumplió ocho años de llevarse a cabo; el primer año participaron solamente dos personas: un chamán que prometió a San Francisco seguir visitándolo si le devolvía la salud, y un sobrino que lo acompañó. A partir del segundo año se unieron más personas hasta conformar 129 en 2003. El primer año caminaron por el desierto y algunos tramos sobre la carretera, pasando por los yacimientos de agua a fin de rezar y consumir este líquido.

Poco a poco se fueron organizando mejor, pues el aumento de los participantes lo exigía; así pues, ahora llevan varios vehículos para transportar agua, pertenencias y comida. Además, participan niños, madres con bebés, jóvenes y personas de edad. Los peregrinos provienen esencialmente de Sells; algunos tienen parentesco con los pobladores de Quitovac, y se reúnen en Pozo Verde con algunos Pápagos de Caborca para organizarse, efectuar una ceremonia de limpia y rezar rosarios. Un chamán, junto con sus colaboradores, encabeza la peregrinación. El chamán guía al frente a los peregrinos, decide el espacio para descansar, tomar los alimentos y pernoctar; también efectúa limpias durante el trayecto. Los colaboradores se encargan de cuidar la fila de peregrinos y de ayudar a algún enfermo comunicándose por radio con quienes van en los vehículos. Hay cuatro jóvenes cantadores que participan con sus cantos durante las limpias que el chamán les hace a los peregrinos y a diversas personas al llegar a la iglesia.

Hoy, el departamento de cultura de la Nación Tohono O’odham, cuyo centro político se encuentra en Sells, participa activamente en la organización. Sus miembros se coordinan con el municipio de Magdalena para gestionar el espacio donde permanecerán los peregrinos durante su estancia en el santuario, el cual utilizan como centro de visitantes y uno más como centro de atención médica. Por su lado, tanto el municipio de Tubutama como el de Magdalena envían patrullas para hacer recorridos y poder asistir a los peregrinos, ya sea llevando agua y suero oral o protegiendo al contingente del tránsito; también los auxilian con una ambulancia.

La peregrinación la dirige un chamán y su labor es proteger y ser responsable del contingente peregrino. De manera que durante todo el trayecto de cinco días caminando por el desierto de Altar, el chamán limpia, con sus flechas emplumadas, el camino por donde han dejado sus huellas las serpientes, las tarántulas y los alacranes, para que los peregrinos puedan transitar sin entrar en contacto con esas huellas a causa de su estado delicado; sin esas limpias, los peregrinos podrían enfermar. De igual forma, los limpia cada día con el único fin de protegerlos.

Todas las mañanas un grupo de jóvenes entonan cantos en su lengua para dar la bienvenida al Sol y ellos mismos cantan al llegar a las iglesias o las capillas que se encuentran por el camino. Al llegar al territorio del santuario, el chamán limpia a las mujeres menstruantes y embarazadas, así como a todo el contingente, pues deben estar preparados para entrar a saludar a San Francisco, solicitarle y agradecerle favores. Los principales criterios de definición de esta sociedad trasnacional se encuentran en el discurso religioso, que conlleva un uso del territorio, la organización social y la mitología, entre otros. La frontera y la inmersión de los Pápagos en políticas distintas han generado, en los Tohono O’odham, la búsqueda de una identidad en territorio mexicano.

La participación de la población de ambos lados de la frontera en el wi:gita señala la importancia de un rito del desierto y es uno de los argumentos en la definición de la indianidad Tohono O’odham. La peregrinación que se lleva a cabo a Magdalena de Kino, y que se inició apenas ocho años atrás, muestra un conocimiento antiguo en una práctica ritual reciente. Vemos que en términos políticos hay diferencias sustanciales entre los Pápagos (mexicanos) y los Tohono O’odham (Arizona), pero en términos culturales el conocimiento es compartido, sobre todo en prácticas que traen al escenario el conocimiento antiguo.

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