Mediciones y Encuestas

Conoce cuáles son las carreras más estresantes en el país

CIUDAD DE MÉXICO 04 de febrero de 2016.- (CNNExpansión) — Cursar una licenciatura puede generar estrés, por organizar horarios para trabajar y estudiar, y hasta garantizar que lo elegido responde a una vocación. Pero en México algunas profesiones causan más ansiedad entre los universitarios, según un informe de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Medicina, psicología, enfermería y trabajo social, encabezan los oficios donde los estudiantes refieren más estrés, de acuerdo con información recopilada por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina.  A esa lista se suman periodistas, arquitectos, contadores, pilotos, maestros, bomberos y policías, indica el portal laboral salary.com, en un reporte sobre actividades con mayor nivel de estrés.

Segun la investigación, 60% de los universitarios refiere este problema en los primeros meses de estudio, pero hay casos más extremos. Un estudiante de medicina  presenta casi 20% más estrés, que otros alumnos, transcurrido el primer año de carrera, dice Gerhard Heinze, coordinador de investigación en el Departamento de Salud y Psiquiatría en la UNAM.

Arquitectura, detalla, es una de las actividades que va subiendo, respecto a alumnos estresados.

Pero ¿por qué se da esa situación? La respuesta se divide en diferentes factores, los más comunes: sobrecarga académica, tiempo insuficiente de descanso, presión por estar alerta para cumplir ciertas responsabilidades, explica Aleida Ballesteros Garza, directora de la carrera de psicología organizacional en el Tec de Monterrey, Estado de México.

“En un médico está la constante, desde que inicia, que deberá (trabajar) con la salud de una persona, algo que será parte de su día a día, pero al principio no se domina. A ello se suma que cuando hace su residencia, las jornadas son de 24 y hasta 48 horas sin dormir, teniendo que estar alerta para atender gente”, ejemplifica Ballesteros Garza.

Algo similar sucede con los arquitectos, agrega la psicoterapeuta. Aunque de ellos no dependa la vida de otras personas, su mayor carga de trabajo es en las noches, al grado de no dormir por cierto periodo. Por cada hora y media de sueño reducida, el estado de alerta baja 30% y aumenta la sensación de ansiedad, revela un estudio del Instituto de Medicina de Estados Unidos.

Carrera saturada: nuevo estresor.

La inquietud de saber que se cursa una carrera con gran demanda, donde la contratación puede llevar más tiempo y los salarios ser más contraídos, se ha convertido en otra fuente de estresor para los estudiantes mexicanos, menciona Aleida Ballesteros.

De los 10 millones de profesionistas en el país, 50% de los egresados proceden sólo de nueve carreras. La presión por distinguirse no es igual para un contador –carrera que está entre las 10 con mayor matrícula (275,813)- que para un ingeniero con énfasis en petroquímica, que apenas alcanzará 1,000 egresados, según la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Superior.

Un estudiante en psicología se enfrentará a otros 234,000 matriculados al año. El médico o la doctora a  200,043 alumnos, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad. Un periodista en la UNAM es parte de más del 40% de solicitudes de ingreso para la carrera.

“La gente se pregunta: voy a dedicar tanto tiempo a estudiar esto y, después, ¿qué?”, afirma Ballesteros. La presión aumenta, de acuerdo con la especialista, si el estudiante recibió apoyo económico, pues se cuestiona en cuánto tiempo y con qué salario cubrirá el compromiso financiero adquirido.

¿Si soy parte de la lista?

Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), menciona que el estrés está asociado a la vida universitaria porque elegir una carrera representa, en sí mismo, vivir esa sensación de inquietud a no equivocarse, sobre todo si los estudios son impuestos por la familia. En las licenciaturas que – de entrada- son más saturadas está el extra de incertidumbre (que produce estrés) por saber cuánto se ganará, existiendo cierta percepción a que será menor el ingreso.

“Muchos estudiantes están aterrados por escoger una carrera saturada por el dinero. Saber cuán rentable serán inquieta desde la elección”, comenta.

Para la director, las universidades contribuyen, en cierta manera, a fomentar ese estrés, estimulando dinámicas de trabajo más extenuantes, que se realizan bajo la promesa de vincular mejor y más rápido al estudiante al mercado laboral. No es que sean negativas, pero se requiere un equilibrio, “y a veces esto es un tema de (lucir) más competitivo como escuela”, añade.

El estrés o sentimiento de tensión física y emocional se traduce en los universitarios, principalmente, en problemas gastrointestinales y de la piel, pero hay que tener cuidado entre un episodio de estrés y llegar a niveles de ansiedad severa, donde hay cuadros de obsesión o se manifiesta profundo miedo hacía algo. Alrededor del 23% de la población, en edad universitaria, está en esa situación, según cifras recabadas a partir de investigaciones por Aleida Ballesteros.

¿Cómo aminorar el estrés?

En lo personal. El estudiante necesita incluir en su agenda, aun cuando sus horarios sean saturados, otras actividades de esparcimiento y ser disciplinado en cumplirlas.

Otro reto.  Incrementar en las universidades el número de talleres con técnicas para manejo de estrés. Tal vez no se puede ir de estudiante por estudiante, pero sí hacer prácticas colectivas y ofrecer opción a asesorías individuales una vez por semana, opina Claudia Sotelo.

Adiós a las complacencias. Elegir una carrera por agradar a la familia es condenarse a vivir estresado, mejor trabajar la comunicación a nivel familiar con el apoyo de un experto, aunque aquí el reto es la apertura de los padres, acepta Sotelo.

¿Qué quieres? También ayuda a romper con la ansiedad de cuánto dinero se ganará y con el estigma de que sólo ciertas carreras garantizan empleo. Si hay claridad sobre tus aptitudes e intereses habrá un trabajo esperando. Lo importante es enfocarse en trabajar la vocación.

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