Colaboraciones

Ciudadanía Participativa y Poder Público | Esteban Ángeles Cerón

La disociación histórica entre ciudadanía y gobierno separa el espíritu de la soberanía popular, plasmada en la máxima conquista de la modernidad: el Contrato Social.

Es también, el germen del empobrecimiento de la democracia, erosiona las capacidades institucionales, genera desconfianza e incredulidad social, y restringe el valor de la ciudadanía participativa, que hoy vive en vilo ante la embestida de algunos legisladores cuya representación es ambivalente, incierta, inestable, y excluyente ante sus pretensiones como arena política, cuya miopía obstruye la defensa de los deberes y derechos democráticos, y la institucionalidad.

La evolución del Estado sólo es posible allí donde la construcción de la participación ciudadana es concebida como esencia corresponsable de la toma de decisiones del quehacer público.

Por ello, extraña el exhorto que plantea la extinción del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo (CCCEH), argumentando que “… no existe fundamento alguno para soportar un organismo que no representa a la sociedad hidalguense, pues la participación ciudadana debe ser directa, democrática y transparente, sin necesidad de un órgano, costeado con recursos públicos que oriente, asesore o intervenga en la participación ciudadana.”

Su proponente, olvida convenientemente que en la Plataforma Electoral (punto 1.5), que presentó el PAN en el reciente proceso electoral, asumió el compromiso de ampliar los mecanismos de participación ciudadana.

El argumento es inconsistente, ignora que nuestro sistema político y de gobierno es representativo; sin embargo, arguye que la participación ciudadana debe ser directa, es decir, sin representantes, lo que decapita la actuación de la propia Cámara de Diputados, que es eminentemente un órgano de representación.

La pretensión de extinguir al CCCEH, por no ser un órgano de representación ciudadana, es falaz y garrafal, porque pierde de vista que la “representación” es atribución y función constitucional del Poder Legislativo.

¿A quién se pretende engañar? Resulta fácil entender que el CCCEH es un espacio que promueve y facilita la cultura de la participación ciudadana, que converge y trasciende desde la ingeniería constitucional, encauzando hacia las tareas públicas el producto del saber de la ciudadanía, en la consultoría social libre, directa y pluralEs una cuestión de párvulos.

En este sentido, la afirmación que arguye que la participación ciudadana debe ser directa, es decir, sin representatividad, es una imputación que resulta una fortaleza y no una debilidad del CCCEH. Es verdad, este Organismo Ciudadano no es un órgano de representación, como lo es la Cámara, sino un espacio donde la voz de la ciudadanía se expresa de manera libre, directa y plural, escenario democrático del que carece en su representatividad, el  Poder Legislativo.

Es un exceso afirmar que no se necesita de un órgano costeado con recursos públicos que oriente, asesore o intervenga en la participación ciudadana, lo que implicaría que otros organismos públicos pierdan su razón de ser, como sería el caso del IEEH y el ITAIPGH, que intervienen en la participación ciudadana, uno regulando las elecciones, y otro, el derecho a la información, insumos básicos para la participación ciudadana.

Asumir que en Hidalgo no se necesita de mecanismos como el CCCEH, para impulsar, encausar y promover entre la población el derecho a participar, ignora el déficit histórico de corresponsabilidad democrática de la ciudadanía en el ejercicio de gobierno y de la participación ciudadana plena en los asuntos públicos, que no es privativo de Hidalgo, sino de nuestra Nación.

Es importante destacar que el fundamento para promover la participación ciudadana es integral; está previsto en la propia Constitución y la nueva Ley de Planeación y Prospectiva (Art. 14, fracción III), cuyos artículos obligan a promoverla en la acción pública y a incluir más mecanismos de participación social.

Debemos ilustrar categóricamente a quienes intentan debilitar la fuerza ciudadana, que hoy internacionalmente los esfuerzos de la ciudadanía organizada han dado paso a documentos convencionales, que elevan la participación ciudadana a derecho humano, como la “Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública”, y la “Carta Iberoamericana de Derechos y Deberes del Ciudadano en Relación con la Administración Pública”, suscritas por México durante las administraciones federales panistas, que comprometieron al gobierno mexicano a respetar, promover y ampliar los mecanismos de participación ciudadana.

Actualmente, ante el entorno de desconfianza y descrédito hacia las instituciones, existe la obligación legal y el compromiso político del Gobierno, en cualquiera de sus órdenes, de promover y ampliar los mecanismos de participación ciudadana.

Desaparecer al CCCEH, es contravenir el reclamo social para gozar de mayores y mejores espacios de expresión directa. Este Organismo Público Autónomo se diseñó con el espíritu de complementar las tareas en materia de planeación, que conduce y coordina el Ejecutivo de “arriba hacia abajo”, para actuar de “abajo hacia arriba”, en una lógica de corresponsabilidad gubernamental.

El fundamento político de este planteamiento, estriba en la necesidad de impulsar mayores y mejores mecanismos que fortalezcan la confianza de la sociedad en el gobierno, creando y promoviendo espacios de expresión para la totalidad de la población, con independencia de su condición.

Reconocemos la convicción irrestricta del Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, de fortalecer y vertebrar las organizaciones de la sociedad civil, como lo expresó  en su Toma de Protesta, “Crearemos consejos donde la ciudadanía participe con el gobierno en el diseño, elaboración y evaluación de políticas públicas en temas importantes para el Estado, como el desarrollo económico, social y cultural”, y luego refrendó en su Plan de Gobierno 2016-2022, consultable en la página https://goo.gl/MEX7EK, concretamente en el objetivo 1.3.

Esta es la sentida convicción del Gobernador, que de manera entusiasta ha fungido como Presidente de un Consejo Consultivo, como el de la FENAMM.

Como hidalguenses, solidariamente reconocemos que en un escenario de desigualdad, pobreza y pluriculturalidad, requerimos de mecanismos que ciudadanicen la acción del gobierno, faciliten la comprensión de las políticas públicas y canalicen pacíficamente la expresión social. Es decir, en palabras del Premio Nobel de Economía Amartya Sen, “…necesitamos espacios que ayuden a generar las mismas capacidades para todas las personas, entendidas… como las habilidades y posibilidades de interactuar con el gobierno para mejorar su calidad de vida”.

Agenda

  • El Presidente Peña Nieto anunció el nuevo modelo educativo que entrará en vigor en el ciclo escolar 2018-2019. Recomendable consultar los tres documentos presentados: Nuevo Modelo Educativo, Fines de la Educación, y Ruta de Implementación.
  • Se celebró el 79 Aniversario de la Expropiación Petrolera encabezada por el Presidente Peña Nieto, recordó que “… hace dos años y medio había pocos recursos para inversión en desarrollo energético. Hoy, con la Reforma, ya se han comprometido inversiones cercanas a los 70 mil millones de dólares.”

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