¡Vas tú!

 

La máxima aplica…

¡No me manifestaré como miembro de un partido político, salvo cuando yo sea su dirigente…!

Y así lo hizo…

Ahora no hay nadie más priísta, revolucionario e institucional que él mismo.

Para demostrarlo enseñó su credencial

Sus fotos

Algunos recortes periodísticos

Y dicen que hasta besó la cruz…

La unción le cayó como anillo al dedo…

Justo cuando anunciaron que habría un aumento a la energía eléctrica por el alza de los combustibles fósiles;  petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo, el  funcionario recibe algo así como un llamado de conciencia. La anunciación. ¡El llamado!

¿La escena..?

Estaba preocupado. En su oficina y pensaba…

“Que ingrato soy… mi partido, el que me ha dado todo, se encuentra haciendo una fogata con las últimas tablas del naufragio y yo aquí en la comodidad del presupuesto.  Al pensar así recargó la nuca sobre su cuello.  Meditabundo se coloca las manos atrás de la espalda, camina cabizbajo,  levanta luego la testa, frunce los labios, menea la cabeza de un lado a otro, se mira en el espejo, suda, da grandes zancadas y entonces llega la revelación divina. ¡Mi partido me necesita…! clama.  El todavía funcionario respira, aspira y suspira. Echa el pecho pa´lante, estira los brazos, cierra los puños, levanta la mano derecha  y dice; “si se requiere a un líder o a un mártir,  ¡ese soy yo…! y agrega; “dejaré la comodidad de mi cargo para enfrentar las grandes batallas electorales que me esperan. No puedo permanecer desdeñoso, ausente, y remiso a mi vocación de comandante en jefe de las bases partidistas…”

Sopló y resopló… nada detendría ya su vuelo majestuoso hacia el horizonte. Tomó una bandera de su partido y casi lloró sobre ella. Y recordó “Las hordas, la derecha y la izquierda, los radicales, los clericales, todos se unieron en contra de mi  partido  pero yo los voy a derrotar… ¡claro que sí!”

…bueno ojalá así hubiese sido la escena… hubiese resultado épica.

Pero no.

Solo le dijeron; vas tú. Ponte de acuerdo con Luis y luego vemos.

Sí señor, contestó, pero y –dudó- ¿las bases, los tres sectores del partido?

Todos se han manifestado a tu favor. Reconocen tu liderazgo y fun-da-men-tal-mente tu militancia partidista. ¡Eres nuestro hombre, nuestro nuevo líder… en hora buena!

Este martes, quien lo ungió –como con mirada de cíclope- pues no tiene mirada periférica, solo ve una sola cara de los temas, habrá dado una vez más, muestras de su error político… Coloca a uno de sus empleados como guía de los dislocados.

El elegido sin elección, se suma a los nombres de Manlio Fabio Beltrones, Cesar Camacho Quiróz, Pedro Joaquín Coldwell y Humberto Moreira Valdéz y a cuatro itineratos. Bueno; ellos ya tienen su historia.

¿Pero y el nuevo?. Por mandato presidencial, es solo  una sombra engrandecida.

Nada más…