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Saúl Hernández rompe el silencio y revela diferencias con Marcovich

 

* El cantautor mexicano asegura que el nombre Caifanes le pertenece

En agosto de 1995, Caifanes ofreció su último concierto antes de separarse en malos términos. Tiempo después, se reencontraron cuando Saúl supo que Alejandro Marcovich tenía un tumor cerebral y debían operarlo.

Por Claudia Pacheco Ocampo

México, 26 Nov (Notimex).- Durante muchos años, Saúl Hernández cuidó que los problemas internos de la banda mexicana Caifanes no fueran ventilados, pero hoy rompe el silencio y habla de manera abierta acerca de su relación con el músico y ex compañero Alejandro Marcovich.

“Fueron 20 años cuidando y protegiendo al grupo, tratando de que esa oscuridad no saliera, porque no tenía caso, pues creo que todo lo que pasa dentro de una familia, o en este caso, en la banda, es historia de cada quien”, comentó el líder de Caifanes.

Sin embargo, dijo, “tarde o temprano, las cosas deben salir a la luz por cuestiones de necesidad o supervivencia, como se le quiera ver porque durante 20 años estuve como El Pípila, guardando y aguantando mierda tras mierda, comentario tras comentario”.

“Por eso, ahora decido exponer esta situación para que finalmente haya una doble lectura de lo que se vea. Aquí no hay víctimas, ni tampoco culpables, son cosas que pasan, pero no se deben ocupar los espacios para denigrar a las personas”.

Cansado de la versión que Alejandro Marcovich ha pregonado en los medios de comunicación sobre su rompimiento con Caifanes y advirtiendo que lo plasmará a través de un libro, Saúl Hernández decide abundar en el tema en entrevista con Notimex.

“¿Qué pasó? Honestamente, no entendí. Entendí la forma pero no la esencia. Entendí los momentos de desesperación, pero en el fondo no entendí por qué”, indicó el músico en el marco de la presentación de su tercer sencillo “Te levantaste”, que se desprende de “Mortal”, su segundo disco como solista.

Apuntó que el argentino Alejandro Marcovich, “ha lanzado una campaña muy dura en mi contra. Veo, escucho y leo lo que dice y me da mucha compasión. Si Alejandro piensa que soy un inepto en la música, está bien, son sus comentarios y no me preocupa, pero sí me preocupa cuando cruzas un umbral de agresión y falsos personajes, cuando tratas de destruir a una persona con base en la manipulación”.

Si antes no se había defendido, dice, “fue por respeto a la gente, pues no es necesario salpicarlos de tanta mierda, porque para mí, la gente es muy importante. Por eso, siempre mantuve una línea de construcción y no de destrucción, pues ésta no es mi naturaleza.

“Yo no creo que las cosas se resuelvan tratando de destruir al otro, creo que las cosas se resuelven de otra manera y cada quien tiene que ser responsable de las consecuencias de sus acciones”, explicó el cantautor.

Consideró que todo ser humano tiene un ego marcado, “pero hay quienes tienen el demonio más grande que otros. Hay quienes son dominados por ellos y por eso hacen lo que hacen”.

El intérprete de “Los dioses ocultos” y “No dejes que”, reflexionó que él no es nadie para dictaminar la ruta de alguna persona, “para eso está el espejo, la conciencia, la dignidad y el respeto, elementos que he tratado de cuidar para que me ayuden a salir adelante”.

 

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