Respaldo

Maestro hidalguense recibe reconocimiento nacional

Pachuca, Hgo., 18 de mayo de 2015 

En el marco de la ceremonia del “Día del Maestro” realizada el 15 de mayo del presente año en Los Pinos, el maestro hidalguense Guillermo Hernández Espinosa recibió de manos del Presidente de la República el Reconocimiento “Ignacio Manuel Altamirano” al desempeño en la carrera magisterial.

  • El Presidente de la República señaló que el Reconocimiento “Ignacio Manuel Altamirano” al desempeño en la carrera magisterial, es una distinción que celebra una vida de entrega y pasión por la esperanza, ya que enseñar es mucho más que un trabajo o un empleo, es una verdadera vocación, desde la cual inciden positivamente en la vida de millones de mexicanos.
  • El Maestro Guillermo Hernández Espinosa, es docente de la Escuela Primaria “Manuel T. Andrade”, de la localidad de Tlalnepanco, en Huejutla de Reyes.
  • Es originario de la comunidad de Coamapil, municipio de Tlanchinol; estudió la Normal Básica en la Escuela Normal de las Huastecas en Huejutla de Reyes, así como la licenciatura en Ciencias Sociales en la Normal Superior de Ciudad Madero, Tamaulipas.
  • Inició como docente en 1982 en la Escuela Primaria Ignacio Zaragoza de Zoquitipan, en Yahualica. En 1983 se cambió al centro de trabajo de la comunidad de Mecatlán del mismo municipio. De 1985 a 1991 trabajó en la Escuela Primaria General Ignacio Zaragoza de Santa Lucia, en Calnali. De 1991 a 2001 trabajó en la Escuela Primaria Lázaro Cárdenas de la localidad de Pegula, y de 2001 a la fecha labora en la Escuela Primaria Manuel T. Andrade de la localidad de Tlalnepanco en Huejutla de Reyes.
  • El maestro Guillermo Hernández Espinosa explica que durante su carrera siempre le ha gustado participar en los cursos, talleres y diplomados que se imparten, de esta forma, señala, es como ha logrado que su escuela sobresalga en bailes regionales, oratoria, poesía y concursos de escolta.
  • Actualmente, vive en su lugar de origen, y para trasladarse a su centro de trabajo camina una hora con treinta minutos, atravesando ríos y arroyos; resalta que lo hace con gusto, siempre dando gracias a Dios por ser docente.
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